Alejandro I Jagellón

Su escasez de fondos lo subordinó inmediatamente al Senado Polaco y la nobleza (szlachta), que lo privaron del control de la menta (a la sazón, una de las fuentes más lucrativas de rédito para los reyes polacos), redujeron sus prerrogativas, y generalmente procuraban reducirlo a una posición sometida.

Debido a la necesidad de fondos, Alejandro no pudo oponerse al gran maestre de los Caballeros Teutónicos, o impedir que el gran duque de Moscovia, Iván III, saqueara el Gran Ducado de Lituania con los tártaros.

Lo único que pudo hacer el rey fue guarecer Smolensk y otras fortalezas, y usar a su esposa Helena, la hija del zar, para establecer una tregua entre él y su suegro después de la desastrosa batalla del Río Vedrosha (1500).

Según lo estipulado en la tregua, Lituania tuvo que ceder un tercio de su territorio al naciente estado expansionista ruso.

Es importante notar que Alejandro fue el último gobernante conocido de la dinastía Jogalia que mantuvo la ancestral lengua lituana de la familia.

Sello de Alejandro Jagellón, 1504