El nuevo acuerdo entre kadetes y socialistas surgido tras semanas de negociaciones puso fin a la crisis gubernamental del verano, pero no resolvió los desacuerdos entre ellos ni permitió avanzar en las reformas sociales y económicas exigidas cada vez con más insistencia por la población ni llevó a avances en el fin de la guerra.El verano trajo la radicalización de la situación en Rusia: mientras la derecha tendía a buscar una figura autoritaria que impusiese orden, acabase con la crisis y retomase la guerra con vigor, la izquierda reclamaba cada vez con mayor insistencia la aplicación de profundas reformas políticas sociales y económicas.La Revolución de Octubre puso fin al periodo del Gobierno provisional y dio paso a uno nuevo bolchevique, el Sovnarkom.[10] El nuevo Gobierno pareció tener inicialmente un apoyo abrumador y contó con muchas de las más brillantes figuras de los liberales rusos, como el nuevo primer ministro Gueorgui Lvov,[11][8] progresista y respetado veterano del trabajo en los zemtsvos.[6] La izquierda, formada por socialistas, quedó dividida fundamentalmente en defensistas favorables a cooperar con los liberales y cuya principal figura fue el menchevique georgiano Irakli Tsereteli, y la corriente radical opuesta al Gobierno provisional, formada por socialrevolucionarios de izquierda, mencheviques internacionalistas, anarquistas y, principalmente, bolcheviques, con Lenin (que se encontraba en aquel momento en Zúrich) como figura más destacada.[37][32] Las prioridades del Gobierno y de los campesinos no coincidían, lo que llevó pronto al conflicto entre las dos partes.[38][32] Mal vistos por los campesinos y sin una estructura clara, tampoco contaban con fuerza alguna para imponer la política gubernamental en el agro.[39] La inflación desbordada, el transporte ineficiente y la escasa producción de artículos de primera necesidad para los campesinos—la industria estaba dirigida a la producción bélica[40]— hicieron que un número creciente de estos se negase[41] a entregar a precio fijo sus cosechas al Gobierno,[40] lo que creó escasez en las ciudades[40] y el campo, desabastecido.[44] Para entonces también se había agudizado la escasez de productos manufacturados básicos que utilizaban los campesinos y que también afectó a otros trabajadores; la enorme demanda del Ejército, el transporte deficiente y el propio aumento de las necesidades civiles contribuían a la penuria.[47] A finales del verano, el Gobierno había perdido todo control efectivo sobre el campo ruso, que quedó en manos de los comités locales formados por campesinos que dirigieron la toma de las tierras.[60] Las deserciones eran numerosas ya incluso en la primavera: en el frente suroeste se calculaba que unos dos mil soldados desertaban al día empleando los ferrocarriles a mediados de abril.[86] El Gobierno provisional se mostró lento en sus acciones a favor de la paz y, desde comienzos de verano, cada vez menos interesado en tratar la cuestión con los Aliados, considerando que el momento no era propicio para lograr un acuerdo con estos.[93] El Gobierno confiaba además que las nuevas libertades políticas acabasen con las tensiones nacionalistas y consideraban este problema como secundario.[122] Los ferroviarios, a pesar de estar mal pagados, tardaron, sin embargo, en mostrar activamente su descontento mediante huelgas hasta comienzos del verano.[115] Los pertrechos también escaseaban, en parte por la crisis política que redujo la producción de armamento, muy concentrada en la capital.[141] El intento del Gobierno de obtener crédito a través de bonos del llamado «crédito por la libertad» resultó un fracaso[142] e intensificó la división social entre las clases privilegiadas, que lo respaldaron, y las bajas, que lo rechazaron.[22] La alta burguesía rusa, sin embargo, no subscribió de forma destacada el empréstito.[143] El Gobierno carecía de una política financiera bien perfilada; implantó diversos monopolios y trató de frenar la inflación, controlar los gastos y aumentar los ingresos, a la vez que garantizaba a los inversores extranjeros sus préstamos, incluidos los suscritos por el antiguo régimen zarista.[142] A finales de junio, el Gobierno aprobó una ley que grababa enormemente los beneficios —pero no el capital— obtenidos en los últimos años, aunque facilitaba a la vez evitar los pagos; los industriales y financieros criticaron duramente la medida.[10] El Gobierno, elegido principalmente por la Cuarta Duma que se había formado por un censo muy restringido, no era tan representativo de la población como pareció a muchos contemporáneos.[63][23] Los liberales con Miliukov a la cabeza deseaban continuar la contienda hasta la victoria y no estaban dispuestos a abandonar las compensaciones acordadas con el resto de países Aliados durante el periodo anterior,[156] actitud que no compartía la mayoría de la población, harta ya para entonces del conflicto.[63][163] Incluso numéricamente los ministros socialistas (seis) estaban en minoría[160] respecto a los liberales (nueve[161]), además de no ser un grupo cohesionado[160] dentro del gabinete.[77] Su principal objetivo, sin embargo, era el reforzamiento del Ejército; a finales de mayo, Kérenski comenzó sus esfuerzos para mejorar su moral y favorecer la próxima ofensiva, que todas las fuerzas políticas apoyaron a excepción de la extrema izquierda.no acabó, sin embargo, con la crisis gubernamental: al día siguiente, los Imperios desencadenaban una contraofensiva que barrió a las unidades rusas y dos días más tarde dimitía el primer ministro Lvov.[180] Los socialistas Tsereteli (nuevo ministro de Interior) y Chernov (todavía en Agricultura) permanecieron en el ejecutivo.[183] Esta situación, en general insatisfactoria, había empeorado por las acciones de los nacionalistas ucranianos, que formaron un Gobierno autónomo, la Rada Central Ucraniana, que se arrogó en julio el poder en la región, acción rechazada por el Gobierno de Petrogrado.[189] Tsereteli abandonó el Gobierno,[190] pero permanecieron Skóbelev y Chernov,[190] este a pesar del rechazo de los kadetes.[198][191] La mayoría del Partido Democrático Constitucional, encabezado por Miliukov, adoptó esta postura, mientras una minoría mantenía su respaldo a la coalición con los socialistas.[207][202] Con gran esfuerzo, sin embargo, Tsereteli y sus partidarios lograron mantener el apoyo socialista a la coalición en la «Conferencia democrática» a comienzos de octubre: las confusas votaciones que aprobaron la continuación de la coalición, pero rechazaron que esta incluyese al último partido liberal significativo —los kadetes— dieron paso al encargo a Tsereteli de aclarar la situación con Kérenski.[209] Ante el creciente desprestigio de la coalición social-liberal entre obreros y trabajadores, los bolcheviques parecieron cada vez más la alternativa decidida a resolver rápidamente los problemas del país.
Campesinos rusos durante la época de la revolución. Para el campesinado, los objetivos de la revolución eran la entrega de las tierras de la Corona, los monasterios y los terratenientes a aquellos que las trabajaban y una mayor autonomía del campo respecto del Gobierno. La falta de acción gubernamental para satisfacer estas aspiraciones llevó a la desilusión de los campesinos con el Gobierno y a la ocupación de tierras, a menudo con la connivencia de los sóviets locales.
Kornílov
, el socialista francés
Albert Thomas
y
Kérenski
en las celebraciones del
Primero de mayo
. Los socialistas Aliados de visita en Rusia se opusieron a los planes de paz del Sóviet de Petrogrado, que fracasó.
Billete de 20 rublos emitido en 1917 (kérenka).
Ministros del primer gabinete del Gobierno provisional.
Kérenski
, figura clave de los Gobiernos de coalición entre liberales y socialistas moderados.