[3] Los ataques tuvieron efectos negativos en la sociedad rumana: la clase media judía boicoteó el sistema mediante la retirada de sus inversiones y la negativa a pagar impuestos (hasta el punto de que el Banco Nacional de Rumanía declaró la insolvencia), mientras que Francia y el Reino Unido amenazaron con sanciones y la Unión Soviética retiró a su embajador de Bucarest.
[3] Dos días después, el PNC fue depuesto y el monarca formó un gobierno de unidad nacional alrededor del patriarca ortodoxo Miron Cristea , apoyada por figuras de la derecha rumana como Tătărescu, Alexandru Averescu, Alexandru Vaida-Voevod, Nichifor Crainic, y Nicolae Iorga.
[15] Allí comenzaron a tramar la venganza contra el régimen, incluyendo al propio Carol.
Las personas que se dedicasen a cualquier otra actividad política podían ser despojadas de sus derechos civiles hasta 5 años.
[19] Régimen de Carol ha sido generalmente considerado como superficialmente fascista, y aprobado por el Reino Unido y Francia como un medio para defender los Balcanes del nazismo[20] (la prensa occidental celebró, en general, una actitud simpática hacia el FRN).
[20] Después de asistir a una sesión del Parlamento en 1939, Marthe Bibesco se burló del aspecto de los uniformes: Ideológicamente, el FRN se inspiró en tres fuentes principales.
[26] El FRN continuó haciendo uso del antisemitismo, e hizo un llamamiento nacionalista con la promesa de encontrar una respuesta al "problema judío".
[29] No obstante, la violencia contra ellos se redujo, sobre todo porque sus principales causantes, la Guardia de Hierro y el Partido Nacional Cristiano, habían sido declarados ilegales.
[30] Por otro lado, el FRN también incorporó gran parte de la tendencia de izquierda dentro del PNŢ (Călinescu, Mihail Ghelmegeanu, Petre Andrei, Mihai Ralea, Cezar Petrescu), basándose en el legado poporanista,[5][25][31] a la vez que obtenía el apoyo de conocidos socialistas como Gala Galaction,[25] Ioan Flueraş y George Grigorovici.
[32] La estructura corporativa, que, en teoría, abarcaba toda la sociedad rumana, se centró en los gremios de nueva fundación, supervisados por Flueraş y que constituían la base para la representación en el parlamento.
[25][32] Se impuso un salario mínimo a las empresas privadas, mientras que un órgano regulador del ocio, Muncă şi Voe Bună, se creó siguiendo el modelo establecido por los nazis con la organización Kraft durch Freude y por la Italia fascista en su Opera Nazionale Dopolavoro.
La organización que agrupaba a los jóvenes, Straja Tarii, había estado funcionando desde 1934-35 Los estudiantes universitarios fueron agrupados en equipos de trabajo y enviados para ayudar en las cosechas y otras tareas del campo.
[25] Mientras que posiblemente la mayoría de los ciudadanos rumanos aceptaron el nuevo contexto político, el FRN contaba con pocos cuadros fieles: sus altos cargos estaban ocupados por políticos tradicionales, asociados popularmente con la corrupción y por la camarilla de Carol II.
[23] Acallado de esta manera, Iorga utilizó otros medios para expresar sus opiniones y, durante un seminario que realizó en su casa, lanzó una dura crítica al FRN: Iorga también hizo una observación enojado con respecto a la nueva Constitución:
[23] Finalmente, Carol se reconcilió con el mundo académico, y Iorga incluso accedió a llevar el uniforme del FRN (especificando que lo hacía a petición del monarca, y no por "los [...] que se creen los padres fundadores del país"[35] - en referencia probable a Călinescu).
[23] La estructura política siguió estando caracterizada por las rivalidades entre políticos - según Argetoianu, Tătărescu se enfrentó al Comisionado Real Victor Iamandi, y la facción transilvana formada en torno a Alexandru Vaida-Voevod (sucesora del Frente Rumano) se opuso al grupo liderado por Alexandru C. Cuza, surgido del Partido Nacional Cristiano.
[31] A pesar de estas tensiones, el régimen ejerció una cierta atracción sobre las clases medias que se habían sentido insuficientemente representadas en las décadas anteriores.
[32] En el otro extremo del espectro político, el Corpul Muncitoresc Legionar, la respuesta de la Guardia de Hierro a los sindicatos no tuvo mucho éxito y también pasó a la clandestinidad.
[58] Frente a estos incidentes, Carol optó por la reforma de su propio gobierno, y pidió a su rival, el general Ion Antonescu que proclamase una dictadura militar y encabezase un nuevo gabinete.
Después de acceder, Antonescu, con el apoyo de diversas fuerzas políticas y del Ejército rumano, presionó a Carol para que abdicase y fuese sucedido por su hijo, Mihai.
El mismo día, oficiales del ejército habían intervenido para salvar la vida de los ex primeros ministros Constantin Argetoianu y Gheorghe Tătărescu.
Luciano Boia indicó que, en contraste con sus predecesores, Carol trataba de presentarse a sí mismo como "un rey moderno, dinámico, en el centro de todo lo que estaba sucediendo en la sociedad rumana".