A partir de 1938, la situación europea se complica con el ascenso del fascismo, el expansionismo nazi y la debilidad de las fuerzas democráticas tradicionales, ante esto, Rumania pasará por una dictadura fascista (1937-1938) controlada por el Partido Nacional Cristiano.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se impuso la dictadura militar de Ion Antonescu (1941-1944) como jefe del gobierno.
Con la liberación del país por las tropas soviéticas, Rumania cae en la órbita de Moscú se impone un estado socialista.
De esta composición, y posteriores acuerdos políticos, saldrá el candidato para formar el nuevo gobierno.
Según la constitución nacional en su artículo 103 será el Presidente de Rumania quien designe al candidato al cargo de primer ministro, previa consulta con el partido que tenga la mayoría absoluta en el Parlamento.