Fue un emperador muy joven, pues tenía apenas catorce años cuando accedió al trono, y dieciocho cuando fue asesinado.
La tía materna de Caracalla, Julia Mesa, promovió con éxito una revuelta entre la Legio III Gallica para conseguir que su nieto mayor, Heliogábalo, fuera declarado emperador en su lugar.
Su padre pertenecía al orden ecuestre romano pero más tarde alcanzó el rango de senador.
Julia Mesa, sus dos hijas y su nieto mayor, Heliogábalo, fueron enviados a su residencia rural de Emesa.
[4] Después de que Julia Mesa exhibiera sus riquezas ante la Tercera legión en Raphana, Siria, ésta juró lealtad a Heliogábalo.
[10] Para fortalecer su legitimidad a través de más propaganda, Heliogábalo asumió los nombres con los que se identificaba Caracalla, Marco Aurelio Antonino.
[12] Entonces, Macrino envió cartas al Senado, arguyendo que la presunta ascendencia de Heliogábalo era falsa y alegando locura en su rival.
[12] Su hijo Diadumeniano, enviado por su seguridad a la corte del Imperio Parto, fue capturado en Zeugma y también ejecutado.
[12] Heliogábalo declaró la fecha de la victoria en Antioquía como el comienzo de su reinado y asumió los títulos imperiales sin la aprobación previa del Senado,[15] lo que violaba la tradición, pero que no era un hecho aislado entre los césares del siglo III.
Las legiones quedaron consternadas ante su comportamiento y rápidamente lamentaron su decisión de haberlo apoyado como emperador.
[21] Mientras Heliogábalo estaba todavía de camino a Roma, estallaron pequeñas revueltas en la Legión Cuarta, por instigación del senador Gelio Máximo, quien pretendía usurpar el poder, y en la Legión Tercera (la misma que lo proclamó emperador) bajo el mando del senador Vero.
[26] Se aclamó ampliamente su oferta de amnistía para los líderes romanos, aunque el jurista Ulpiano fue exiliado.
[33] Se construyó un lujoso templo llamado el Elagabalium en la ladera oriental del Palatino para albergar a El-Gabal, que estaba representado por un meteorito cónico negro de Emesa.
[31] Durante este festival, Heliogábalo colocaba a su dios-piedra en un carruaje adornado con oro y joyas, que desfilaba por la ciudadː Las reliquias más sagradas de la religión romana fueron trasladadas desde sus respectivos santuarios al Elagabalium, incluyendo la Gran Madre, el fuego de Vesta, los Escudos de los saliares y el Paladio, para hacer que ningún otro dios salvo El-Gabal fuera venerado.
Su primera esposa fue Julia Cornelia Paula;[31] la segunda fue la vestal Julia Aquilia Severa,[31] pero el mismo año, la abandonó y se casó con Annia Faustina,[31] descendiente de Marco Aurelio y viuda de un hombre, Pomponio Baso, recientemente ejecutado por Heliogábalo.
[32] Sin embargo, según Dión Casio, su relación más estable parece haber sido la que mantuvo con su auriga, un esclavo rubio de Caria llamado Hierocles, a quien incluso se refería como su marido.
[25] La Historia Augusta sostiene que también se casó con un hombre llamado Zotico, un atleta de Esmirna, en una ceremonia pública en Roma.
[26] Por estos motivos, Heliogábalo ha sido considerado por escritores modernos como el primer caso documentado de persona transexual.
[49] La Historia Augusta fue muy probablemente escrita hacia el final del siglo IV, durante el reinado del emperador Teodosio I[50] y debe tanto a la invención de sus autores como a las fuentes históricas.
Dion Casio vivió desde la segunda mitad del siglo II hasta algún momento posterior a 229.
Alejandro Severo lo tenía en alta estima y le hizo cónsul de nuevo.
Su obra, en gran medida, se superpone a la Historia romana de Dion Casio, pero ambos textos parecen ser fuentes independientes que concuerdan entre sí.
[54] Aunque Herodiano no es considerado tan fiable como Dion Casio, su falta de pretensiones literarias y eruditas le hace menos tendencioso que los historiadores senatoriales.
[57] Durante la Edad Media, el conocimiento sobre Heliogábalo se limita a los concisos datos que proporcionan las fuentes de la Antigüedad tardía, principalmente los autores patrísticos Orosio y Jerónimo, y el Epitome de Caesaribus.
Su vida y carácter han inspirado o al menos informado muchas obras de arte famosas, entre ellas las siguientes: