Un disturbio es una alteración del orden público, habitualmente en la vía pública y en el transcurso de una manifestación, en la que se producen actos espontáneos de violencia física contra personas, la propiedad privada (por ejemplo, vehículos o establecimientos) o el mobiliario urbano.
La diferencia con otras expresiones violentas del movimiento social puede ser mayor o menor.
Esto lo permite el derecho militar, siempre y cuando no se considere a los civiles como objetivos de forma intencionada.
Como consecuencia, suelen producirse «daños colaterales» (eufemismo para referirse a «víctimas civiles»).
Históricamente, los disturbios se han producido debido a la pobreza, el desempleo, la condiciones de vida deficientes, la opresión gubernamental, los impuestos o el servicio militar obligatorio, los conflictos entre grupos étnicos (disturbios raciales) o religiones (por ejemplo, violencia sectaria, pogrom), el resultado de un acontecimiento deportivo (por ejemplo, disturbios deportivos, gamberrismo futbolístico) o la frustración con los canales legales a través de los cuales airear las quejas.
La policía antidisturbios puede utilizar métodos de control no letales, como escopetas que disparan bolas flexibles para herir o incapacitar a los alborotadores y facilitar su detención.
[cita requerida] Casi todos los disturbios deportivos en Estados Unidos se producen en la ciudad del equipo ganador.
Al menos diez de los muertos fueron abatidos por la policía o la Guardia Nacional.