Además se colocaron puestos de control en todas las carreteras que llegan a la ciudad.
En este marco se crea el Genoa Social Forum (Foro Social de Génova), para coordinar a los 700 grupos y asociaciones, de distinta inspiración y nacionalidad, interesados en protestar ante la cumbre.
También se argumentaba que la prohibición de entrar en la zona rossa era una limitación a las libertades constitucionales.
El Gobierno no aceptó la propuesta, aduciendo los compromisos internacionales adquiridos por Italia, por lo que el GSF decidió convocar la contracumbre.
Para alojar a los manifestantes se habilitaron varias infraestructuras, como polideportivos y estadios de fútbol.
Las fuerzas del orden respondieron con gases lacrimógenos y varios disparos con arma de fuego (dieciocho según las fuentes policiales, algunos recogidos por fotógrafos).
Los seis furgones blindados y los dos Land Rover Defender de la policía que custodiaban el acceso a la cárcel escapan lanzando dos gases lacrimógenos.
[11] También se denuncia que muchas de las acciones del Bloque Negro pudieron ser provocadas por policías infiltrados.
Durante las sucesivas cargas se producen enfrenamientos violentísimos, la policía lanzó contra la manifestación furgones blindados a toda velocidad, hecho calificado de crimen por Spartaco Mortola jefe y la DIGOS —Divisione Investigazioni Generali e Operazioni Speciali— de Génova.
[17] Durante la investigación se ha puesto de manifiesto que esta carga cerraba todas las vías de escape a los manifestantes, ya que en la salida hacia Vía Tolemaide se estaba produciendo otra carga policial, de hecho varios manifestantes optaron por contraatacar a las fuerzas del orden que, no pudiendo controlar la situación, inician una desordenada retirada.
Un manifestante cubierto con un pasamontañas, identificado más tarde como Carlo Giuliani, se acerca al vehículo alzando un extintor, cuando está a dos o tres metros recibe un disparo efectuado desde el interior del Land Rover.
Estos por su parte iniciaron a actuar desde primera hora de la mañana en la Piazza Raffaele Rossetti.
El segundo jefe de policía Pasqual Guaglione confirmará en su interrogatorio que asistió a los actos de vandalismo desde las 10:30, pero que no ordenó la carga policial hasta las 15:30, cuando la manifestación pacífica se puso en marcha.
Los organizadores deciden desviar la marcha hacia Via Caserigis, para alejarse de los enfrentamientos entre fuerzas policiales y Black Blocks, pero aun así la policía inicia a cargar contra la manifestación autorizada, tanto desde Via Caserigis como desde Corso Italia, cerrando casi todas las vías de fuga.
La manifestación queda partida en dos a la altura del paseo marítimo, donde la policía está realizando un intenso lanzamiento de gases lacrimógenos, utilizando para ello incluso un helicóptero.
Algunos manifestantes empezarán en este punto a realizar barricadas cruzando coches y dándoles fuego en el paseo marítimo, donde la policía seguía cargando, para impedir el avance de las fuerzas policiales.
[19] Tras denunciar un ataque a una patrulla policial en la zona, las fuerzas del orden ordenan un registro de la escuela Díaz y, oficialmente por error, de la vecina escuela Pascoli, donde estaban durmiendo 93 personas, la mayoría periodistas acreditados.
Se registraron 63 heridos, tres con pronóstico reservado: La estudiante de arqueología alemana Melanie Jonasch (con fractura cráneo encefálica, contusiones múltiples y hematomas en la espalda); el alemán Karl Wolfgang (trauma craneal y hemorragias); y el periodista inglés Mark Covell (perforación de pulmón trauma craneal, pérdida de 10 dientes).
La asociación nacional de periodistas se posicionó como parte civil en la denuncia contra la irrupción a la escuela.
Otros 30 agentes han sido absueltos de todos los cargos en el que se incluye el asalto.
Los manifestantes aseguraron que fueron golpeados y registrados por la policía, según la fiscalía sin llegar a ser torturados.