Dionisio Alcalá Galiano

Estudioso y aplicado, amante de las ciencias, se distinguió pronto como cartógrafo.

Durante todos estos años, su afición a las ciencias le llevó a ampliar sus conocimientos, haciendo los estudios que por aquellos años se denominaban sublimes, mayores y astronómicos.

Esta vez, en la célebre llevada a cabo en 1789 por el capitán de navío Alejandro Malaspina, con las corbetas Descubierta y Atrevida, la primera mandada por Malaspina, jefe de la expedición, y la segunda por José de Bustamante y Guerra, también del mismo empleo que el primero.

Visitaron primero el puerto de Nutca, donde había un puesto y varios buques españoles.

Por observaciones astronómicas obtuvieron la longitud de Nutca, para referir a ella todas las demás por medio de los cronómetros, y procedieron a efectuar los reconocimientos ordenados luchando con las rápidas corrientes y los fuertes vientos encajonados entre altas montañas.

Antes de retornar a Nueva España, trabó conocimiento y cortés amistad con el célebre explorador George Vancouver.

Con él los españoles cambiaron información sobre los descubrimientos realizados por los de una y otra nación, y una vez reconocidas todas las calas, con los buques o con los botes, y no hallada salida alguna, se dieron por terminadas estas exploraciones, demostrándose el carácter apócrifo del viaje que confirmaba al estrecho de Fuca como canal de unión entre los dos océanos.

Desarmadas las goletas, Galiano regresó a España vía México y Veracruz, llegando en los últimos meses del año 1794; había sido ascendido a capitán de navío en enero de ese mismo año.

Galiano fue destinado al departamento de Cádiz, en cuyo puerto le fue conferido el mando del navío Vencedor.

De allí, regresó a España con varios buques, pasando antes por La Habana donde quedaron las fragatas Juno y Anfitrite.

Logró entrar en Santoña pese a la persecución de que le hicieron objeto los británicos.

Con motivo de la boda de los Príncipes se concedieron muchas mercedes y ascendió Galiano a brigadier, no quedando contento por considerar que no debía recibir como merced entre las conferidas a muchos, lo que en justicia y como distinción le correspondía.

Manifestó su disgusto a Manuel Godoy y poco después se le comunicó que S.M.

Durante esta memorable campaña mereció el respeto y consideración, así de las autoridades turcas de los países que recorrió, como de los representantes y comandantes extranjeros con quienes se encontró, tanto en Constantinopla como en Atenas, que también visitó, y en todos los puertos del Mediterráneo oriental donde estuvo.

Cuando empezaron los armamentos en el departamento de Cádiz con toda intensidad, Galiano se dirigió al Príncipe de la Paz, rogándole le confiriese un destino que pudiese servir a su Patria con las armas.

Dirigiéndose al guardiamarina Butrón, su pariente, y señalándole la bandera, le dijo: «Cuida de no arriarla aunque te lo manden, porque ningún Galiano se rinde y ningún Butrón debe hacerlo».

El Bahama se batió heroicamente con dos navíos enemigos y en algún momento con tres.

Después un astillazo en la cara que le hizo perder mucha sangre, negándose a dejar su puesto.

Dionisio Alcalá-Galiano . ( Museo Naval de Madrid ).