En 1806 ingresó como cadete en Guardias Marinas Españolas y al año siguiente fue hecho maestrante de Sevilla.
Fue considerado como un gran orador y defendió el liberalismo exaltado en la Fontana de Oro durante el Trienio Liberal, en que militó en la sociedad secreta Confederación de Caballeros Comuneros, pero luego se pasó a la masonería y al partido moderado y tuvo que marcharse al exilio al votar la incapacidad del rey Fernando VII en 1823.
Sus coetáneos son unánimes al afirmar que Antonio Alcalá Galiano destacaba como orador.
Por otra parte, fue también un gran crítico literario, como demuestran sus Lecciones de literatura española, francesa, inglesa e italiana del siglo XVIII.
Compuso además unas Lecciones de derecho político y constitucional (1843).