En Perú, la censura ocurrió en diversas etapas de su historia por motivos políticos, con mayor énfasis en la prensa y el cine.
El músico Enrique Pozo Zegarra afirmó en un artículo de La Tribuna (1948) que Luis Molina, Pedro Espinel y Felipe Pinglo eran vetados en la radio Goicochea por supuestamente estar relacionados con ideas del aprismo.
[9] Velasco utilizó a burócratas designados por el gobierno para revisar los artículos que se publicaban.
[15][16] En 1991, se produjo un notable incidente de censura contra los diarios La República y El Comercio, que duró un día.
[26][27] Alan García justificó que una de sus obras mostraba como ofensa a las Fuerzas Armadas.
[28] En 2008, Perú 21 impidió presentar la obra realizada por el artista Álvaro Portales en la sección «Otorongo» por su fuerte contenido contra García.
[38] Además, en diciembre de ese año, se negó el acceso público a la información sobre seguridad y defensa nacional.
[46][47] En 2023, tras el período de convulsión social, la administración de Dina Boluarte, respaldada por sectores conservadores del parlamento, propuso medidas para abordar la incitación a la violencia en las protestas, incluyendo sanciones para los comunicadores que promuevan dichos actos.
[49] Estas acciones se extendieron a los esfuerzos por ejercer presión sobre funcionarios de alto rango.
[55] En Cuzco, ocurrió un caso similar con la obra La Descarada, de César Aguilar «Chillico», que hacía alusión a Dina Boluarte.
En 2024, las autoridades siguieron intentando evitar cualquier manifestación contra Dina Boluarte en Arequipa, cuando la policía le arrebató una cometa en el aire con el mensaje «Fuera»;[56][57] en Juanjí, cuando el director del instituto obligó a una influencer a recibir amablemente a la presidenta para apoyar sus estudios;[58] en Lima, cuando vetaron la presentación del Dúo Argedas en el Gran Teatro Nacional[59][60] e impidieron la exhibición de obras pictóricas de la Asociación Cultural Brisas del Titicaca en la Biblioteca Nacional.
[61] Ese mismo año, la Policía Nacional propuso denunciar a Carlos Tovar, «Carlín», por cuestionar la labor policial en sus caricaturas.
[79][80] En solidaridad a Carlín, varios caricaturistas compartieron sus propias viñetas relacionadas con la Policía.
[91] Cabe señalar que los artistas Lucho Cáceres y Tatiana Astengo criticaron la permisividad de los grupos ante otra actitud que «ofende su fe y a su institución», en referencia al escándalo de abuso sexual denunciado contra Juan Luis Cipriani.
[94][95] Mientras tanto, se estuvo trabajando en un método que pudiera manipular sus cifras para presentarlas al público.
[96] Asimismo, se mantuvo en secreto un informe completo del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social sobre el hambre.
[101] Las inquietudes surgieron en el contexto de la distribución del largometraje La piel más temida.
[105][106] Artistas como Wicho García denunciaron la medida como una forma de censura a la expresión cultural.
Esta regla fue criticada por permitir al Estado revisar los guiones antes de su aprobación,[109] presuntamente controlada por sectores autoritarios y conservadores.