Catedral vieja de Brescia

La basílica, de planta longitudinal y sin transepto, cubierta por un simple techo con tijerales a la vista y enriquecida en el siglo viii con la cripta de San Filastrio, probablemente quedó destruida o gravemente dañada después del incendio que devastó la ciudad en el 1095.

[3]​ Sin embargo, estudios llevados a cabo en los últimos años del siglo xx han llegado a la conclusión de que las obras de la catedral ya se habían iniciado, en mayor o menor medida, antes del gran incendio y que este, por tanto, se limitó a confirmar definitivamente la suerte de la basílica paleocristiana.

En la primera mitad del siglo xii la nueva catedral ya debía estar completa, conservando de Santa Maria Maggiore únicamente la cripta.

En esta intervención también participó Filippo Grassi, futuro director de las obras del Palazzo della Loggia.

Además, remodeló la capilla de las Santas Cruces e hizo que Tommaso Sandrino y Francesco Giugno repintaran el transepto,[4]​ obra que se ha conservado hasta nuestros días a tramos.

La capilla de las Santas Cruces sufrirá una nueva y definitiva restauración en los primeros años del siglo xvii.

Por último, trasladó la entrada original de la concatedral y la colocó donde todavía está en la actualidad.

[6]​ A finales del siglo xx los frescos del transepto fueron limpiados y restaurados, con el objetivo de resolver los continuos problemas de humedad que afectaban al edificio.

La gran estructura cilíndrica de época románica está compuesta por bloques regulares de medolo,[4]​ una caliza blanquecina local, interrumpidos por monóforas con arcos de medio punto dispuestas en tres niveles diferentes: el primero sobre las paredes del deambulatorio, el segundo en la base del cilindro central, y el tercero, muy denso, en la parte superior de este último, donde las monóforas están sustituidas por óculos circulares en dirección norte, sur y este.

[1]​ En la fachada principal, alineada con el presbiterio interior, se encuentra la entrada de la concatedral, que fue abierta en 1571 en sustitución de la anterior, que en la época ya estaba definitivamente enterrada y todavía puede verse desde el interior.

[1]​[6]​ El interior de la catedral vieja está dividido en varias zonas a diferentes niveles.

[6]​ La entrada actual permite abarcar con una sola mirada la platea inferior, los deambulatorios y el presbiterio del siglo xv: esta visual privilegiada, que no corresponde a la original, fue abierta en 1571 por Giovanni Maria Piantavigna, que en ese punto elevó el pavimento del deambulatorio hasta el nivel de la nueva entrada, mientras que a ambos lados de esta elevación colocó dos escalinatas que devuelven al nivel originario.

También estas escaleras, con sus columnas románicas, fueron sacadas a la luz por la restauración del siglo xix.

No es inverosímil, por tanto, que la cripta fuera restaurada, asumiendo su aspecto actual, en esta importante ocasión.

[1]​ Aparte de los capiteles y las columnas, la estancia se presenta completamente desnuda: de todo lo que, seguramente, debía ocupar la cripta antiguamente no ha llegado nada hasta nuestros días en cuanto a altares, esculturas, sarcófagos o muebles.

El último fragmento, aunque muy degradado, de la decoración se conserva en el ábside de la nave central: aquí, muy descolorido, se encuentra un fresco que representa quizás a Cristo en la gloria entre ángeles y los santos Filastrio y Apolonio.

La única inscripción sobre el sarcófago está situada en el lado del Funeral y es la dedicatoria del sepulcro: «BERARDI MADII EPISC AC PRINCIP UR BRI», es decir, «A Berardo Maggi, obispo y príncipe de la ciudad de Brescia».

Sobre el sepulcro está colocada una estructura troncopiramidal que culmina con la estatua del Christus patiens y simula un baldaquino con las cortinas abiertas, detrás de las cuales está tendida la figura del obispo con túnica pontifical y las manos cruzadas.

[4]​ La gran bóveda de crucería que cubre el presbiterio del siglo xiii, como ya se ha dicho, está decorada completamente con frescos que, descubiertos y restaurados en 1957,[4]​ se han conservado óptimamente hasta nuestros días.

Este último, realizado por Bernardino da Martinengo a finales del siglo xv, está compuesto por una crujía cuadrada cubierta por una bóveda de crucería que constituye el coro, cerrada al fondo por un ábside poligonal cubierto con una bóveda a crestas y velas, todo muy desarrollado en altura y consecuente con las directivas de la arquitectura gótica, aunque ya se estaba a las puertas del siglo xvi.

Los estalos del coro son obra de varios autores, que trabajaron en varias fases: iniciados por Antonio da Soresina en 1524, fueron realizados por él hasta 1529, después de lo cual el encargo pasó a Giovanni Maria Zampedris da Martinengo, quien, siguiendo el diseño de Stefano Lamberti, los completó en 1534.

En esta zona la fuerte humedad proveniente de las paredes ha dañado mucho los frescos, sacando a la luz fragmentos del estrato decorativo inferior del siglo xvi, lamentablemente igual de degradado.

En la pared derecha, frente a la capilla del Santísimo Sacramento, está colocado un gran cuadro realizado en 1656 por el vicentino Francesco Maffei,[4]​ que representa el Traslado de los cuerpos de los obispos Dominatore, Paolo y Anastasio.

Este evento se produjo en 1581: san Carlos Borromeo, visitando la iglesia de Santo Stefano in Arce (que no se conserva actualmente), encontró las reliquias en un mal estado de conservación y ordenó su traslado a una sede más digna.

El cuadro, con gran colorido, representa la solemne procesión del clero bresciano hacia la catedral vieja, en la que está presente también san Carlos Borromeo con túnica roja pontifical, acompañando al baldaquino, que contiene un sarcófago con las reliquias de los santos, todo ello coronado por grupos de ángeles en la gloria.

No es casualidad, por tanto, que su perfil sea tan vago y que esté escondido en buena parte por un grupo de ángeles: Francesco Maffei no sabía nada de la basílica demolida y se limitó a esbozar su rosetón y su tejado a dos aguas, únicos elementos distintivos del edificio sobre los cuales podía estar seguro.

Estas obras, en concreto, al igual que las barandillas en la entrada de la capilla, se deben a los hermanos Giovanni y Carlo Carra y son de principios del siglo xvii.

[4]​ Toda la zona del transepto, como ya se ha dicho, fue añadida a la concatedral a finales del siglo xv, pero el aspecto actual de su mitad izquierda fue conferido por Giovanni Maria Piantavigna en 1571.

Los frescos, al igual que los del transepto derecho pero mucho mejor conservados, son obra de Tommaso Sandrini y Francesco Giugno y datan de principios del siglo xvii.

Caracterizada por una fuerte impronta clasicista, la obra está concebida con formas rigurosas y sobrias, con dos lesenas laterales decoradas con candelabros.

Planta
La entrada actual
Detalle de los arcos interiores de la estructura
Platea de Santa María
La columnata de la cripta
Frescos de la cripta
El sarcófago de Berardo Maggi
Traslado de los cuerpos de los obispos Dominatore, Paolo y Anastasio , de Francesco Maffei
Melquisedec ofreciendo pan y vino al patriarca Abraham , del Moretto
Aparición de la cruz a Constantino , de Grazio Cossali
Donación de Namo de Baviera , de Antonio Gandino
El órgano
El altar del transepto derecho, con las esculturas de Carlo y Giovanni Carra, el fresco del retablo de 1400 con la Flagelación de Cristo y, a ambos lados, los evangelistas Lucas (a la izquierda) y Marcos (a la derecha), del Moretto
El monumento fúnebre del cardenal Gianfrancesco Morosini en el transepto izquierdo de la catedral vieja
La capilla de las Santas Cruces. Pueden verse el altar de Carlo Carra, la gruesa barandilla del 1500 y, al fondo, el arca dorada