[1] Sin embargo, la operación puso en alerta a López quien decidió forzar la lucha antes que la nueva división fortaleciera el frente enemigo o lanzara un ataque desde una dirección alternativa.[9] A ese efecto, López creía haber encontrado un punto débil en la derecha aliada cerca del amplio palmar llamado Yataity Corá.[8] Dado que sus tropas no habían sido perseguidas, habiendo sufrido pocas bajas y sin evidencia de que los argentinos hubieran reforzado la posición, López decidió lanzar un ataque a mayor escala al día siguiente, esta vez a cargo del general José Eduvigis Díaz, oficial «de gran y justificado predicamento en el ejército paraguayo y de la mayor confianza y cariño de su omnipotente conductor».Desplegado en batalla rompió el fuego sobre la infantería paraguaya, que tras hacer alto y reorganizarse atacó apoyada por el regimiento de caballería ante lo que los argentinos formaron en cuadro y presentaron férrea resistencia.[1][15] Los cohetes paraguayos disparados a corta distancia hicieron blanco sobre las filas veteranas causándole numerosas bajas, entre ellas la de su segundo sargento mayor Fernando Echegaray (o Etchegaray), comandante de la 1.ª Compañía, quien para cubrir a sus hombres tomó por el ástil un proyectil para arrojarlo lejos, momento en que estalló.[8] Cayó más de la tercera parte de la cuarta cara del cuadro que se encontraba al mando del capitán Adolfo Morel (o Mores), quien recibió una seria contusión, y las explosiones incendiaron en varios puntos los altos pajonales que circundaban su posición.[1] Si bien la artillería argentina (baterías del Regimiento 1.º de Artillería a caballo, coronel Julio de Vedia) estaba lista esta vez para entrar en combate, era poco efectiva al tener a sus propias tropas interponiéndose al enemigo.[1] Habiendo Aquino ordenado la retirada ante el avance de la 2.ª división argentina, tras tomar algunos prisioneros heridos y unos cincuenta fusiles,[18] Paunero retrocedió a su vez recelando que el humo pudiera encubrir una sorpresa del enemigo.[14] Mitre llegó inmediatamente después con los dos batallones de infantería restantes de la 1.ª División, Batallón 3 de línea al mando del teniente coronel Felipe Aldecoa y Legión Militar comandado por el sargento mayor Agustín Valerga y tomó el campo en disputa pero reorganizadas sus fuerzas Aquino renovó con todas sus fuerzas el ataque sobre Yataytí Corá mientras la caballería cayó sobre el flanco derecho de los dos batallones argentinos que se mantuvieron en sus puestos.[9] en la posición argentina, una de las cuales explotó a pocos metros del presidente y otra por poco mató al general Flores, que había cabalgado desde el centro del dispositivo aliado para observar la acción.[8] En ese momento el coronel Rivas trajo cinco batallones desde la retaguardia lo que finalmente dio la ventaja a los aliados.[19] Otras fuentes dan cifras dispares: desde algunas similares a la indicada por el parte, 258[4] y 205 (excluyendo contusos),[6] 300 entre muertos y heridos[5] o 320[8] hasta los 500 calculados por el coronel al servicio de Paraguay George Thompson.[4] Entre los muertos se contaba Casimiro Báez, comandante del batallón N.º 8,[12] y entre los heridos el mayor Godoy.Los trofeos que en estos dos combates ha obtenido el primer Cuerpo del Ejército Argentino son ciento sesenta y cinco fusiles, dos cajas de guerra y treinta prisioneros heridos casi todos».En Paraguay fue celebrada y por su parte el presidente argentino y comandante en jefe aliado Mitre participó al doctor Marcos Paz al día siguiente «En el espacio de 24 horas la vanguardia del ejército Argentino ha tenido tres combates con las fuerzas paraguayas, obteniendo la victoria en las tres ocasiones».[8][9] Sin embargo esto a su vez contradice al Coronel Juan Crisóstomo Centurión,de los mayores cronistas paraguayos de la guerra que afirma: «Delante de López estallaban las balas, morían soldados y telegrafistas que se encontraban a su lado y él permanecía impávido, sin pestañear, dando las indicaciones y órdenes durante la batalla».[8] Tiempo después declararía por su parte el coronel paraguayo Juan Crisóstomo Centurión «Las tropas argentinas ¿quien lo duda?