Participó en la batalla de San Gregorio y fue tomado prisionero junto con su padre, a quien cuidó en su enfermedad.
Sobrevivió casi dos meses, durante los cuales fue muy maltratado por los paraguayos.
Y sufrió especialmente por las condiciones en que se hizo la retirada paraguaya hacia el centro del país.
Los historiadores paraguayos coinciden en que las tropas defensoras tampoco disponían de abundantes ni buenos alimentos.
La Ciudad de Buenos Aires, en cambio, existe un Pasaje Gaspar Campos en Caballito a la altura de la Avenida Juan Bautista Alberdi al 300.