Después de cursar solamente estudios primarios, se dedicó a administrar las estancias familiares.
En la lucha contra los indígenas se destacó siempre por su valor y firmeza ante el peligro.
Al producirse la derrota de Cepeda, sus milicianos se sublevaron, pero logró reducirlos.
Al iniciarse la campaña de avance sobre Asunción, su batallón y el del coronel Gaspar Campos fueron destacados a vigilar la batería de Timbó, al mando del Coronel Bernardino Caballero (después Presidente del Paraguay) en un lugar denominado Acayuazá (también conocido en la historiografía argentina como Reducto-Cue).
El mismo trato tuvo con efectos del Coronel Gaspar Campos, que en esa acción cayo prisionero y murió semanas más tarde -de disentería- en Lomas Valentinas, asistido por él.