[7] Las fuerzas alemanas enviadas al sur por Carlos pasaron junto a Valeggio, en territorio veneciano, sin ser molestadas.
[8] Las tropas papales, españolas y alemanas combinadas bajo el mando de Próspero Colonna, penetraron entonces en territorio francés.
[9][nota 6] Colonna aprovechó la oportunidad que se le ofrecía y, avanzando junto a los Alpes, cruzó el río en la consiguiente batalla de Vaprio d'Adda; Lautrec, carente de infantería y pensando que la campaña anual había terminado, se retiró a Milán.
Tras la subsiguiente lucha callejera, Lautrec se retiró a Cremona con doce mil hombres.
Mientras, Francisco II Sforza, con un contingente de refuerzos germanos, había esquivado una fuerza veneciana en Bérgamo para unirse posteriormente a Colonna en Milán.
Colonna la hundió un poco más y construyó un muro de tierra en el bancal sur.
Un segundo grupo de caballería se encontraba más al sur, guardando el puente.
Las Bandas Negras limpiaron el campo de estacas españolas, barriendo el terreno frente a las posiciones imperiales.
[24] Los suizos frenaron en seco cuando sus primeras líneas alcanzaron la carretera hundida frente al parque.
[16][26][nota 17] Aun así, los suizos intentaron quebrar las líneas imperiales mediante una serie de cargas desesperadas.
Grupos de piqueros alcanzaron la cima del terraplén, donde chocaron con los lansquenetes, que habían tomado posiciones frente a los arcabuceros.
Entre ellos se encontraban veintidós capitanes, incluyendo a Winkelried y Albert von Stein.
[29][nota 20] Desoyendo las peticiones de Ávalos y varios jefes imperiales, Colonna rehusó ordenar un ataque a gran escala contra los franceses, señalando que la mayoría del ejército francés, incluyendo el grueso de su caballería, permanecía intacto.
Indicó que los franceses ya habían sido derrotados, y pronto emprenderían la retirada.
[34] Los venecianos, bajo el mando del recién elegido Dogo Andrea Gritti, perdieron interés en continuar la guerra.
[35][36][34] Francia intentó recuperar Lombardía en dos ocasiones más antes del final de la guerra, sin conseguirlo.
El arcabuz se revelaria como arma indiscutible solo dos años más tarde hasta la batalla del Sesia donde los arcabuceros vencieron a la caballería pesada en campo abierto, desde entonces todo ejército que no desease otorgar una ventaja decisiva al enemigo se aseguró de contar con esta arma.
Aunque los piqueros siguieron teniendo un papel destacado en el combate, su importancia se igualó a la de los arcabuceros.
[21][39] Desde entonces en español la palabra «bicoca» se utiliza para definir una ganancia fácil,[42] mientras que en francés tiene el significado de «casa en ruinas».