Pero son obligados a retirarse por los defensores del castillo y gente de Irún.
Quedan los franceses en lo alto del monte mientras los alemanes bajan con la artillería para atacar el castillo, que resiste.
En la refriega hay algunos muertos y unos 30 prisioneros, dándose a la fuga el resto de los franceses.
El capitán Ambulodi, una vez informado D. Beltrán, que se encontraba Saroya de Aguinaga, marchó con 400 hombres de las milicias locales a reconocer las tropas alemanas, mientras D. Beltrán, con sus hombres, se dirigía a la piedra llamada Aldave.
Ambulodi, al romper el alba, mató a los centinelas alemanes y lanzó un ataque con sus ballestas, que produjo varios muertos.
Los alemanes, al ver que eran tan pocos, fueron a atacarles, mientras los iruneses se retiraban monte arriba, donde les esperaban refuerzo al mando del Capitán Lope de Irigoyen, de Irún, que al ver cerca a los alemanes, les atacó con ballestas y espingardas.