Se trata de un terreno accidentado, con alturas, barrancos y montes, a la vez que el núcleo urbano se asienta en la parte más baja, en el pequeño valle formado por el barranco de Calcones.
Por lo que respecta a la flora, podemos encontrar pinos, hayas, tilos, arces, encinas o carrascas, robles, boj, acebos, enebros, helechos, endrinos, quejigos En relación con la fauna, extinguidos ya el lobo o el oso, encontramos jabalís, corzos, ardillas, comadrejas, garduñas, liebres, conejos, alimoches, buitres leonados, quebrantahuesos, gorriones o perdices.
Pero los suessetanos, molestos con el dominio romano, se sublevaron contra el mismo, por lo que un nuevo ejército romano, al mando de Aulo Terencio Varrón, pasó a sangre y fuego el territorio suessetano en una campaña militar el 184 a. C., arrasando su capital, Corbio, que no ha podido ser localizada, y cediendo el control del territorio suessetano a los vascones, aliados de Roma.
La situación se acentúa cuando, en el 409, los visigodos penetran definitivamente en la península, utilizando entre otros, posiblemente, los cercanos pasos de Roncesvalles, Roncal o Canfranc.
Como consecuencia, se producen sublevaciones, conocidas genéricamente con el nombre de movimientos bagaudas, que indudablemente tuvieron influencia en el territorio bagüesino.
Cabe suponer, por otra parte, que una vez el Reino visigodo se hubo asentado para formar la Hispania visigoda y, habida cuenta de las luchas que mantuvo en forma intermitente con los vascones, que ocupaban territorios muy cercanos, la zona donde actualmente se asienta Bagüés se viera afectada por las operaciones militares, aunque no quedan constancias documentales de ello.
[3] No debe confundirse el pueblo con Bagüesta, antiguamente Baguest, en la zona de Boltaña.