El atentado fue consecuencia de una conspiración cuyos alcances no han podido ser suficientemente esclarecidos y fue perpetrado por un grupo de jóvenes bosnios pertenecientes a la organización irredentista Joven Bosnia, entre quienes se encontraba Gavrilo Princip, autor material del asesinato.
Todos los involucrados en el atentado que aún estaban vivos fueron apresados, juzgados, condenados y castigados.
Gran parte de lo que se conoce sobre los asesinatos del archiduque y su esposa tuvo origen en la información obtenida en esos juicios.
[2][3][4] En 2014, la comunidad serbia inauguró en Sarajevo un monumento en memoria de Gavrilo Princip, autor principal del atentado.
[6][7] Aun cuando la responsabilidad del gobierno de Serbia no pudo ser probada, el Imperio austrohúngaro lo hizo responsable del atentado y le declaró la guerra, desencadenando una sucesión de respuestas militares cada vez más amplias que terminaron conformando la Primera Guerra Mundial.
Cuando tenía diecisiete años, pasé noches enteras ante su tumba, reflexionando sobre nuestra condición miserable y pensando en él.
[23] Tras la inspección, el archiduque planeaba visitar Sarajevo con su esposa, donde inauguraría las nuevas instalaciones del museo público.
[24] Según su hijo mayor, el duque Maximiliano, la duquesa Sofía acompañó a su marido porque temía por su seguridad.
Sofía era una condesa checa y se le trataba como a cualquier ciudadana en la corte austriaca.
[37] Gaćinović condenó el atentado en una carta, que pudo haber sido también una forma de evadir la persecución judicial.
[45][Nota 1] Ilić reclutó a los jóvenes serbios Vaso Čubrilović y Cvjetko Popović para participar en el atentado poco después de la Pascua.
[46][Nota 2] Tres jóvenes serbobosnios residentes en Belgrado —Gavrilo Princip,[47] Trifko Grabež,[48] y Nedeljko Čabrinović—,[49] testificaron en el juicio de Sarajevo que ya en ese mismo momento (poco después de la Pascua) estaban ansiosos por cometer un asesinato y se acercaron a un colega bosnio, el exguerrillero Milan Ciganović, a través del cual llegaron al mayor Tankosić, que les encargó transportar armas para Sarajevo y tomar parte en el atentado.
[51] Cuando Francisco José mejoró, se retomó la operación y Tankosić dio a los asesinos una pistola para que practicasen.
Desde allí, siguió con Miško Jovanović para Doboj donde este último mantenía el armamento escondido en una gran caja de azúcar.
[Nota 4] Preguntado en el juicio sobre la finalidad del viaje, Ilić dio informaciones confusas al afirmar en un principio que había viajado a Brod para impedir el asesinato y, posteriormente, que había vuelto a Sarajevo con este fin.
[30] Los tres enviaron una carta postal a Vladimir Gaćinović, director provincial de la Mano Negra para Bosnia y Herzegovina, que se encontraba en Francia.
[83][Nota 7] A las 10:45, Francisco Fernando y Sofía subieron, como antes, al tercer coche de la comitiva.
Sin embargo, a Potiorek se le olvidó avisar al conductor, Leopold Lojka, de esto.
[84] La primera bala alcanzó al archiduque en la yugular y la segunda dio en el abdomen de la duquesa.
Durante el juicio, afirmó que su intención no era matar a Sofía, sino al gobernador Potiorek.
[85] Gravemente heridos, llevaron a la pareja para que les atendiera un médico en la residencia del gobernador.
La principal acusación era conspiración para alta traición con relación a los círculos oficiales del Reino de Serbia, cuya pena era la muerte.
[91] Interrogado por su abogado, Cubrilović describió con detalle los motivos que le obligaron a cooperar con Princip y Grabež.
Ahora, ¿quién podría indultarlo?»[106] Cuando los tres condenados eran conducidos a su ejecución, Apis le comentó al conductor: «Ahora está claro para mí y para ti también que hoy moriré por fusiles serbios únicamente por haber organizado el crimen de Sarajevo».
Su viaje podría causar incidentes y manifestaciones que Serbia censuraría, pero tendrían una repercusión fatal en las relaciones austro-serbias».
[118][119] En el libro The Road to Sarajevo, Vladimir Dedijer presentó pruebas testimoniales adicionales de que Malobabić llegó a Sarajevo la víspera del ataque y dio la orden definitiva, al frente de la operación, a Danilo Ilić.
En 1917, todos los conspiradores de Sarajevo apresados en territorio serbio fueron juzgados en Tesalónica bajo falsas acusaciones, excepto Ciganović, que llegó incluso a testificar contra sus compañeros.
[137] El gobierno austrohúngaro amenazó con retirar a su embajador en Belgrado si Serbia no aceptaba todas las exigencias en un plazo de 48 horas.
[139] El informe de este incidente fue esbozado y relatado inicialmente al emperador Francisco José I como «un conflicto considerable».
En los términos de la alianza franco-rusa, Rusia y Francia también se verían obligados a movilizar sus ejércitos.