[2] La arquitectura nació en la prehistoria, durante el Neolítico, cuando diversos grupos humanos desarrollaron un estilo de vida sedentario basado en la agricultura.
Así surgieron, por ejemplo, los dolmenes y crómlechs en Europa, construidos con enormes bloques de piedra.
Se hizo hincapié en las técnicas modernas, los materiales y las formas geométricas simplificadas, allanando el camino para las superestructuras de gran altura.
La arquitectura se puede definir como un equilibrio entre estos tres elementos, sin sobrepasar ninguno a los otros.
Sin embargo, basta con leer el tratado para percatarse de que Vitruvio exigía estas características para algunos edificios públicos muy particulares.
Sus dudas al respecto son bastante intensas, pues cuatro páginas más adelante divide la arquitectura en tres partes: construcción, gnómica y mecánica.
En general, los más reconocidos arquitectos del siglo XX, entre los que se puede mencionar a Mies van der Rohe, Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Louis Kahn, Alvar Aalto, Luis Barragán, Tadao Andō, Richard Meier, César Pelli o Pedro Ramírez Vázquez han dado a su oficio una definición distinta, enfocando su finalidad de manera diferente.
William Morris, fundador del Arts and Crafts, dio la siguiente definición: O, considerando la opinión del arquitecto historiador Bruno Zevi: La diferencia sustancial entre la versión de Perrault y las anteriores radica, según José Luis González Moreno-Navarro, en que Perrault tergiversa «el carácter sintético de la arquitectura en una visión estrictamente analítica y fragmentada en tres ramas autónomas [lo que] es una consecuencia de su estructura mental […] formada a lo largo de una vida dedicada al análisis de los organismos vivos, que evidentemente en ningún momento recomponía y volvía a dar vida».
Por el contrario, según Vitruvio: En el ámbito académico el proceso producción arquitectónica, o de proyecto, involucra la sensibilidad como medio de recorte de las diferentes disciplinas asociadas, y aun cuando en épocas pasadas se escribieran extensos tratados, hoy en día lo legal y lo técnico dictan las normas, pero no los modos.
Los movimientos migratorios han supuesto, no solo un aumento de la demanda de nuevos edificios en las zonas urbanas, sino también el abandono del patrimonio construido que, en muchos casos, se ha perdido definitivamente.
La obra escrita más antigua que se conserva sobre el tema de la arquitectura es De architectura del arquitecto romano Vitruvio a principios del siglo I d. C.[12] Según Vitruvio, un buen edificio debe satisfacer los tres principios de firmitas, utilitas, venustas,[13][14] comúnmente conocidos por la traducción original: firmeza, comodidad y deleite.
Para Alberti, las reglas de la proporción eran las que regían la figura humana idealizada, la media áurea.
[15] En el siglo XVIII, sus Vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos se habían traducido al italiano, francés, español e inglés.
Este tratado ejerció una inmensa influencia en toda Europa, siendo el primer manual que enfatizó los aspectos prácticos más que los teóricos de la arquitectura, y fue el primero en catalogar los cinco órdenes.
Para Ruskin, un edificio bien construido, bien proporcionado y funcional necesitaba al menos hileras de cuerdas o rustificación.
[19] El contemporáneo de Le Corbusier, Ludwig Mies van der Rohe, dijo: La arquitectura comienza cuando juntas cuidadosamente dos ladrillos.
A través de su propia forma particular de expresar valores, la arquitectura puede estimular e influir en la vida social sin presumir que, en y por sí misma, promoverá el desarrollo social… Restringir el significado del formalismo (arquitectónico) al arte por el arte no solo es reaccionario; también puede ser una búsqueda sin propósito de perfección u originalidad que degrada la forma en una mera instrumentalidad.
Es en este «tener sentido» en que puede distinguirse la arquitectura (como arte) de la mera construcción.
Diseñaban plazas, alamedas y parques, especialización que hoy se conoce como exteriorismo o paisajismo.
Esta última profesión tiene estudios separados en algunos países, mientras que en otros sus atribuciones son desarrolladas por arquitectos e ingenieros civiles, de forma conjunta o independiente.
[22] Los honorarios de un arquitecto en España pueden variar significativamente dependiendo de diversos factores, como la complejidad del proyecto, la ubicación geográfica, la experiencia del profesional y los servicios específicos que se contraten.