El antiimperialismo[1] es una posición política surgida a finales del siglo XIX que se caracteriza por una categórica oposición al imperialismo.
Las primeras protestas contra el colonialismo se remontan al movimiento independentista que dio origen a los Estados Unidos.
El movimiento estudiantil de Reforma universitaria latinoamericano que se inició en la ciudad de Córdoba (Argentina) en 1918 impulsó la idea del antiimperialismo por toda América Latina y desempeñó un papel fundamental para que el concepto se fuera desarrollando durante varias generaciones.
Para finales de los años veinte ya se utilizaba el término «antiimperialismo» con cierta habitualidad.
En 1929, José Carlos Mariátegui tituló Punto de vista antiimperialista una ponencia suya presentada en Buenos Aires.
Ese mismo año, el peruano, Víctor Raúl Haya de la Torre, se explayó ampliamente sobre la «causa antiimperialista» en un documento titulado La reforma universitaria.
Ese auge se debió a varios factores: Por un momento parecía que el fin del colonialismo sería un proceso racional, pacífico.
Entre las guerras de independencia que se desarrollaron en aquellos años pueden mencionarse Vietnam, Indonesia, Argelia, Angola, Congo, Zambia, Kenia, Tanzania, entre otras, dirigidas por líderes nacionalistas que desarrollaron conceptos y nociones adoptadas por el antiimperialismo, entre los que pueden mencionarse Nehru (India), Hồ Chí Minh (Vietnam), Julius Nyerere (Tanzania), Franz Fanon (Argelia), Patrice Lumumba (Congo), Sukarno (Indonesia), Kenneth Kaunda (Zambia), notables por sus contribuciones teóricas y sus repercusiones a nivel mundial.
Simultáneamente en América Latina las fuerzas políticas orientadas a promover cambios sociales adoptaron programas de liberación nacional, abiertamente antiimperialistas.
También en ese mismo período coexistieron dos gobiernos antiimperialistas democráticos: el del socialista Salvador Allende en Chile (1970-1973) y la tercera presidencia de Perón en Argentina (1973-1974).
En los años treinta algunos intelectuales entre los que se destaca Sergio Bagú comenzaron a indagar en la naturaleza del colonialismo europeo y las causas del atraso de las sociedades latinoamericanas dando origen a la llamada teoría de la dependencia (o desarrollismo), que tomará en los años cincuenta forma con los trabajos por diversos economistas y sociólogos en la CEPAL (Raúl Prebisch, Celso Furtado, Fernando Henrique Cardoso, Theotonio dos Santos, etc.).
Por un lado movimientos políticos como los socialismos de Fidel Castro (en Cuba), de Hugo Chávez (en Venezuela) y Evo Morales (en Bolivia), ratifican la vigencia del pensamiento antiimperialista y consideran que la globalización es en sí misma un fenómeno imperialista que no modifica sustancialmente las posturas clásicas del antiimperialismo.
Antonio Negri y Michael Hardt afirman que el antiimperialismo tradicional ya no es relevante.