Frantz Fanon
Estos abusos ejercieron una gran influencia en Fanon, quien, como muchos, tuvo que ocultar su alienación y disgusto frente a la realidad del racismo colonial francés.Durante este periodo escribió el primero de los libros por los cuales es conocido: Piel negra, máscaras blancas (Peau noire, masques blancs), que fue publicado en 1952.Ese libro responde una pregunta que probablemente Fanon comenzó a hacerse cuando presenció el abuso de sus vecinos en Martinica y cuando su regimiento fue "blanqueado": ¿por qué un negro está dispuesto a arriesgar la vida por quienes lo desprecian y maltratan?En sus palabras: "Hablar (un idioma) significa sobre todo asumir una cultura, (implica) absorber el contenido de una civilización".Después de una estancia muy corta en Francia, viajó en secreto a Túnez donde formó parte del colectivo editorial "El Moudjahid".Después de una agotadora travesía en el Sahara para abrir un tercer frente en la lucha por la independencia, a Fanon le fue diagnosticada leucemia.Más tarde se trasladó a Estados Unidos para recibir tratamiento, bajo el nombre de Ibrahim Fanon.Como hemos dicho, el libro es complejo, pero la tesis central puede ser resumida en la idea que los subyugados tratan de superar su condición asumiendo el bagaje cultural de los subyugadores, especialmente el lenguaje, (poniéndose las máscaras blancas del título) pero al hacer esto, absorben normas que son inherentemente discriminatorias o, en su caso, racistas; lo que a su vez lleva a sentimientos profundos de inseguridad e inferioridad.Fanon específicamente usa el término para referirse a quienes no toman parte en la producción industrial, especialmente el campesinado pobre que vive en las afueras de las ciudades, argumentando que solo ese grupo tiene o conserva la suficiente autonomía del aparato colonizador como para montar exitosamente una rebelión.En ella, Sartre interpreta el libro como un llamado inequívoco a la lucha armada.Sartre escribe: La visión Sartriana puede ser vista como apología o glorificación de la violencia, en que sugiere que sólo ella es el motivo del cambio y sólo ella producirá la nueva sociedad y el hombre nuevo.Fanon agregó, en un discurso a intelectuales africanos, refiriéndose tangencialmente al problema de la violencia, una advertencia:Fanon agrega (en el mismo discurso) Hemos visto la aparición del movimiento (hacia la independencia) en formas culturales y hemos visto como ese movimiento y esas nuevas formas culturales están ligadas al estado de madurez de la conciencia nacional .Ahora, ese movimiento tiende cada vez más a expresarse de manera objetiva, en instituciones.Sin embargo Fanon no estaba ciego a los peligros que la situación implica.UU., es que adolece de una visión maniquea de la sociedad europea u occidental: el blanco es bueno y el negro malo y por lo tanto se oponen absolutamente, requiriendo en consecuencia un mundo totalmente nuevo para superar esa dicotomía.Las ideas centrales de la visión de Fanon pueden resumirse más o menos en tres postulados: Esas ideas se han hecho comunes entre muchos, nutriendo, aunque no siempre en su totalidad o exclusivamente, movimientos tan diferentes como la Fracción del Ejército Rojo en Alemania y la comunidad cristiana pacifista en Iona (Escocia) que se define, entre otras cosas, como luchando cultural y políticamente contra el racismo.Recientemente, el movimiento sudafricano Abahlali base Mjondolo ha sido influenciado por sus percepciones.Notable entre esas influencias fue la que tuvo sobre tres de sus más conocidos lectores: Ernesto “Che” Guevara en Argentina y luego Cuba.Para él, la verdadera revolución será la consolidación del mundo unido de los creyentes (umma), lo que se logrará cuando los fieles adquieran una fe verdadera y se dediquen a Dios totalmente (llegando a ser el Hombre Nuevo o Muyahid), que den incluso la vida por sus ideales.Es importante entender que Shariti no está llamando aquí necesariamente a usar violencia física.La violencia es entonces, más que expresión cultural, expresión de fervor religioso, utilizada no tanto contra poderes coloniales sino contra lo que se ve como élites asimilacionistas y corruptas, especialmente manifestaciones culturales occidentalizadas tales como formas de vestir, estilos musicales, cine, etc. Junto a ello es común, en esta visión, afirmar que la democracia liberal es ajena a los valores culturales islámicos, proponiéndose en su lugar repúblicas islámicas.