Negritud

La Negritud (en francés Négritude), corresponde al movimiento político, ideológico y literario caribeño desarrollado durante la primera mitad del siglo XX; en él se reunieron escritores e intelectuales con el fin de levantar "un proyecto que intentó definir una identidad cultural y social de origen africano-francés para el Caribe, recogiendo la tradición negra y, simultáneamente, apropiándose de los lenguajes estéticos de la vanguardia para manifestarse",[1]​ buscando de ese modo el reconocimiento de la identidad del hombre negro frente a las políticas metropolitanas de asimilación cultural,[2]​ propias del sistema colonial al que estos autores se encontraban subordinados[3]​ El término negritud surge inicialmente como respuesta a una serie de problemas que deberán afrontar los estudiantes negros pertenecientes a la élite de las colonias francesa, quienes al momento de llegar a la Metrópoli franca para continuar con sus estudios se ven enfrentados a una realidad que los discrimina y señala como sujetos desclasados y oprimidos tanto por el sistema colonial francés[4]​ como por la sociedad racista de la época;[5]​ de este modo surgirá la publicación de diversas revistas entre las que destaca L’étudiant noir (El estudiante negro), boletín que circuló por el tiempo comprendido entre 1934 y 1936[4]​ y cuyos fundadores Aimé Césaire, el senegalés Léopold Sédar Senghor y el francoguayanés Léon-Gontran Damas utilizarán como núcleo del movimiento cultural, político e ideológico.

Reúne a jóvenes intelectuales negros de todas partes del mundo y consigue que a él se unan intelectuales franceses como Jean Paul Sartre, quien definirá la negritud como la negación de la negación del hombre negro.

"La Negritud tuvo su periodo de gloria hasta 1960, cuando surgió contra ella un movimiento de reacción, considerándola anacrónica e inoperante en su vertiente senghoriana, demasiado teórica y exageradamente idealista".

El propio Césaire se apartó del término al considerarlo casi racista.

Tenían unos puntos en común bastante difusos (color de piel, idioma colonizador) y sobre los que no resultaba sencillo establecer vínculos.