Este movimiento se desarrolló a comienzos del siglo XX, y se caracterizó por el énfasis en la cultura y problemáticas de la sociedad negra, promoviendo su cultura.
[1] Tuvo relación y afinidades con el Harlem Renaissance en Estados Unidos y el movimiento de la négritude en las Antillas francesas.
[2] Con el importante precedente de Ramón Guirao y su libro Bongó.
Fernando Ortiz fue un destacado promotor cubano de lo afro-cubano.
En su obra Guillén expone y luce la cultura negra que emerge de la mano de procesos transculturales[3] y de mestizaje, creando lo que identificó como "el color cubano".