Ana María Custodio

Contrae matrimonio por primera vez con Antonio Monfort Alonso y debuta en el teatro con la compañía de Ricardo Baeza, con la que vuelve a viajar, en esta ocasión motivado por su recién estrenada profesión.

Más tarde volvería a casarse con el famoso compositor Gustavo Pittaluga González del Campillo.

Tras su llegada a la península volvió al teatro, hasta que en 1935 tomó de nuevo contacto con el cine.

En ese mismo año La cara del terror, con Fernando Rey en la interpretación e Isidoro Martínez Ferry en la dirección y El escándalo dirigida por Javier Seto.

Un año más tarde trabajó a las órdenes de Fernando Fernán Gómez, en El mundo sigue.

En 1966 Ana María volvió a coincidir en un film con Vicente Parra en Buenos días, condesita, de Luis César Amadori.

Ese mismo año participó en Los que tocan el piano, de Javier Aguirre.

Ana María Custodio finalizó su relación con el séptimo arte con Sei simpatiche carogne (1968) de Robert Fiz, El Ángel (1969), bajo la dirección de Vicente Escrivá y que protagonizaba el cantante Raphael y por último Nada menos que todo un hombre, con Paco Rabal como protagonista.