Se trasladó a Madrid con su familia cuando aún no tenía un año de edad.
Pasados los años, se matriculó en la Escuela Central de Comercio, para trabajar después como administrativa, secretaria y modelo.
Quiso ser médico, pero su familia no pudo costearle los estudios universitarios.
Regresó a la pequeña pantalla en 1968, con los espacios Contamos contigo y Galas del sábado, que la unió profesionalmente con Joaquín Prat, convirtiéndose en una de las parejas televisivas más recordadas.
No volvió a trabajar como presentadora hasta la llegada de las televisiones privadas, casi veinte años después.
Posteriormente vendrían en la misma cadena, Se acabó la siesta (1992), Date un respiro (1993), Las mañanas de Tele 5 (1993) con José María Íñigo y Mi querida España (1994).
La actriz y presentadora ha confesado en alguna ocasión que, aunque adora al pequeño, Lara "es mi mejor producción".