Oxicodona

El alivio del dolor comienza normalmente en quince minutos y dura hasta seis horas con la fórmula de liberación inmediata.[5]​ Los efectos secundarios graves pueden incluir adicción, dependencia, agresividad, manía o depresión, alucinaciones, hipoventilación, gastroparesia, bradicardia e hipotensión.[9]​ La oxicodona se fabricó por primera vez en Alemania en 1916 a partir de la tebaína.[17]​ Se metaboliza en el hígado por el sistema enzimático citocromo P450 2D6 (CYP2D6) por medio de una O-demetilación a noroxicodona y oximorfona, que no contribuyen al efecto farmacológico.El caso opuesto se da con los inhibidores, que aumentan la actividad de la oxicodona.Las interacciones son teóricas, aunque sí que se han demostrado algunas de ellas.Según la DEA estadounidense (Drug Enforcement Administration) y los fabricantes de este medicamento, es muy raro que aparezca adicción psicológica cuando se utiliza en las dosis recomendadas y durante periodos de tiempo no muy largos.Los comprimidos de liberación prolongada no deben romperse, masticarse o triturarse ya que ello puede dar lugar a una sobredosis.Estas formulaciones se comercializan en los Estados Unidos, y en varios países de Europa entre ellos España.Los síntomas más comunes son: La oxicodona sola o en su forma combinada necesita una receta especial de medicamento estupefaciente.[29]​ Algunos consumidores trituraban los comprimidos de OxyContin para evitar el mecanismo de liberación sostenida y los reducían a polvo, administrándoselos por vía intranasal, intravenosa, intramuscular o subcutánea, o incluso por vía rectal para facilitar su rápida absorción en el organismo.[29]​ En este caso, un consumo elevado es susceptible de producir daños hepáticos severos y molestias estomacales.Una estrategia parecida, usada por el gobierno canadiense, les llevó a distribuir la metadona en combinación con Tang, una bebida refrescante en polvo, pero aun así se dieron casos de abuso.[31]​ Debido a que está regulada, adquiere precios elevados en el mercado negro.[32]​ Al igual que otros opioides, la oxicodona puede ser letal si su uso se da en combinación con sustancias depresoras del sistema nervioso central, como el alcohol.