Al año siguiente recibió otra estrella y el ascenso a general de división.
Esta derrota se hizo tan famosa que ensombreció todos los logros anteriores de George Custer.
Sus soldados le llamaban "Curley" y "Jack" (una transcripción fonética de las iniciales G-A-C escritas en su mochila).
Cuando se dirigió al oeste, hacia las grandes llanuras indias, le llamaron Yellow Hair (cabello amarillo) y "Son of the Morning Star" (hijo de la estrella matutina).
[cita requerida] Faust refiere una historia ligeramente diferente: su antepasado habría sido un soldado hessiano, liberado en 1778 tras la rendición de Burgoyne.
Su hijo James Grier Ward (1765-1824) había nacido en Dauphin (Pensilvania) y se casó con Catherine Rogers (1776-1829).
[cita requerida] Custer pasó buena parte de su infancia viviendo con sus hermanastros en Monroe, Míchigan, donde inició su formación.
En una ocasión, cuando McClellan y su equipo estaban reconociendo un vado en el río Chickahominy, tuvieron que detenerse brevemente.
Entró en el círculo del mayor general Alfred Pleasonton, que comandaba una división de caballería.
Otros dos capitanes (Wesley Merritt y Elon J. Farnsworth) fueron ascendidos junto a Custer, aunque tampoco tenían experiencia como comandantes.
[15] Custer fue nombrado teniente coronel del recién creado 7.º Regimiento de Caballería,[16] con base en Fort Riley (Kansas).
[16] Poco después, participó en la campaña del mayor general Winfield Scott Hancock contra los cheyenne, una expedición que se prolongó hasta 1867.
Su carrera sufrió una breve interrupción cuando, terminada la campaña de Hancock, fue juzgado por una corte marcial en Fort Leavenworth, Kansas, por deserción (había abandonado su puesto sin autorización para reunirse con su esposa).
Custer afirmó haber acabado con 103 guerreros indios, aunque las estimaciones ofrecidas por los propios cheyenne supervivientes eran bastante inferiores.
Estando en Nueva York recibió una citación del Senado, posiblemente promovida por el mismo presidente Grant.
Terry explicó a Grant que no quería cuestionar sus órdenes, pero concedió a Custer la posibilidad de conducir la expedición, que Sheridan calificó en términos negativos, aceptando la "culpabilidad" de Custer y exigiéndole mayor contención en el futuro.
Grant también estaba sometido a cierta presión por su conducta para con Custer, y existía un clima de preocupación, que temía ver comprometida la campaña si ésta no iba encabezada por él.
En Ash Creek (Montana), y después en el río Little Bighorn, se celebraron conferencias para discutir qué hacer con los blancos.
[21][22] Pronto fueron aplastados por las cargas de indios Lakota y Cheyenne, que contraatacaron en masa contra el expuesto flanco izquierdo de Reno,[23] obligando al comandante y a sus hombres a buscar cobertura en la ribera del río.
A la larga, también esa posición se volvería insostenible y sus hombres empezarían una sangrienta retirada hacia el otro lado del río, donde organizarían una nueva línea de defensa.
[24][25] Esta acción inicial del combate ya costó a Reno una cuarta parte de sus efectivos.
Custer y sus hombres habrían podido atrincherarse en la cresta del risco si no fuera por un ataque realizado por el flanco conducido por Caballo Loco.
[31] Inicialmente, Custer contaba con 208 oficiales y soldados a su mando, más unos 142 conducidos por Reno, poco más de un centenar a las órdenes de Benteen, 50 hombres en retaguardia con el capitán McDougall, y 84 soldados liderados por el teniente Mathey que guardaban los pertrechos del regimiento.
La opinión pública quedó impresionada por su heroísmo y su sacrificio, luchando en unas terribles condiciones contra un enemigo superior en nombre de su patria.
Custer llevaba el pelo largo, y se aplicaba una loción de olor a canela.
En sus últimas campañas contra los indios, Custer cambió ese uniforme por un traje de pieles que lucía con su tradicional pañuelo colorado.
Por otra parte, otros críticos han señalado hasta tres errores tácticos en el curso de la batalla.
Por otra parte, antes de abandonar el campamento, todos sus hombres —oficiales incluidos— empaquetaron sus sables, que fueron transportados como pertrechos.
[36] El día del combate, Custer dividió su fuerza de 600 hombres frente a un enemigo numéricamente superior.
Para Custer, la velocidad era el factor esencial en combate, aunque el poder de fuego añadido que representaban las Gatling podría haberle dado la vuelta a la batalla, sobre todo si consideramos la tendencia india a retirarse ante tecnología militar desconocida.