Como miembro del cuerpo de oficiales, fue enviado fuera del país a estudiar a los ejércitos europeos y como observador en la guerra de Crimea.
McClellan se había probado como un eficiente organizador con un fuerte magnetismo personal.
Sus operaciones militares, sin embargo, solo fueron una serie de fracasos y oportunidades desperdiciadas.
Luego de la batalla de Antietam, fue destituido y se le ordenó entregar el mando al general Ambrose Burnside y regresar a Nueva Jersey, su hogar en ese momento, a esperar nuevas órdenes, que nunca llegaron.
En 1864, McClellan fue candidato presidencial por el Partido Demócrata en oposición a Lincoln, quien lo derrotó.