[11] La palabra humildad procede del latín «humus», que significa tierra o suelo.
[14] Otra obra similar se conserva en la Alte Nationalgalerie berlinesa, atribuida a un seguidor o discípulo de Lippo Memmi.
[18] Del foco sienés son los dos ejemplos más antiguos (1340-46) de «Madonna dell’Umilta».
1380 y en Perugia hasta 1417), cuya aportación al tema más conocida es la virgen de humildad del Díptico con San Jerónimo (hacia 1405).
[4] Esta particular madonna sienesa derivó en múltiples modelos que se extendieron a su vez en otros lugares de la geografía itálica.
Entre las variantes inexactas podría citarse como ejemplo la tabla central del Tríptico de Carlo, pintado por Bernardo Daddi, en el que María está sentada en una pequeña silla, en vez de en un cojín.
Seguidor de Gaddi fue Lorenzo Monaco, monje florentino nacido Piero di Giovanni (1370-1425), cuyas vírgenes ‘preñadas’ a la moda cortesana renacentista se incluyen en la tipología de la Humildad.
En este grupo ‘innovador’ podrían añadirse los nombres de Masolino, Orcagna, Puccio di Simone (1345-65).
Frente a ellos se impone la sobriedad de pintores como Bicci di Lorenzo (hijo de Lorenzo di Bicci y padre de Neri di Bicci, activos en Florencia entre el XIV y el XV), que marcaría la pauta compositiva del modelo desarrollado en Las Marcas.
Otro modelo –muy difundido luego en Aragón y Provenza fue el atribuido al Maestro delle Tempere Francescane (Pietro Orimina?)
[6][35] También se manifiesta el tipo de la virgen humilde en algunos interiores íntimos y en la simbología mariana del «hortus conclusus» (jardín cerrado).
[36] Los pintores flamencos aprovechan la iconografía de la humildad para desarrollar su particular estética del detalle, la perspectiva y el paisaje.