Descanso en la huida a Egipto

Como una concesión pastoril ajena al drama, el burro aparece pastando a lo lejos, mientras José está recogiendo leña o trayendo agua, o entregado a la recolecta de alimentos por los más variados métodos.

[23]​ En ese ámbito pangermánico pueden situarse las subjetivas versiones manieristas de Lucas Cranach el Viejo y Albrecht Altdorfer.

Además de las numerosas y variopintas versiones del modelo paisajístico de Patinir o su círculo, a lo largo del siglo xvii se pintó este motivo en serie; entre los talleres más prolíficos deben citarse los de Jan Brueghel el Viejo y Jan Brueghel el Joven, ayudados por varios colaboradores, y en Italia a Simone Cantarini.

[23]​ Capítulo aparte dedican los críticos a la versión de Caravaggio; en ella José, sentado, sostiene la partitura para un ángel que da la espalda al espectador tocando una viola, mientras María y el niño se han quedado dormidos.

Más tarde, con el siglo xix el motivo del descanso se mezcla con estudios casi arqueológicos de la arquitectura del Antiguo Egipto y los paisajes se llenan de pirámides.

[e]​ Otra tendencia, casi opuesta, en su esencia romántica –como la de Philipp Otto Runge– sitúa el incidente en «escenarios paradisíacos exuberantes, sintetizando la ortodoxia cristiana con el misticismo romántico y su propia cosmología personal».

El Descanso en la huida a Egipto , pintado por Bartolomé Esteban Murillo en 1667. Conservado en museo del Hermitage, en San Petersburgo
Versión atribuida al Maestro Bertram, datada hacia 1379 y conservada en un panel del retablo de Grabow, considerada la más antigua representación del tema en pintura al óleo.
Uno de los paisajes de la parada en la huida, obra de Joachim Patinir (hacia 1520), en el museo del Prado .
Claroscuro y manierismo se funden en la versión de Caravaggio , hacia 1597, en la Galería Doria Pamphili de Roma.
Una de las representaciones nocturnas que Rembrandt pintó del episodio, hacia 1647, en Galería Nacional de Irlanda .