1351-1362) fue un miniaturista y pintor de estilo italogótico, el más representativo de la escuela catalana.
Al morir Ferrer Bassa se convirtió en el pintor de la corte aragonesa de Pedro IV.
A través de él y de su hijo, Rafael Destorrents, el estilo italo-gótico perduró en Cataluña hasta finales del siglo XIV.
Se le conoce sobre todo por ser el autor del retablo para el Palacio Real de la Almudaina de Palma de Mallorca, realizado en 1353 y que se conserva dividido, estando la pieza principal, la Santa Ana con la Virgen niña, en el Museu Nacional de Arte Antiga, conocido también con el nombre de «Museo das Janelas Verdes» de Lisboa.
Se le ha atribuido el retablo de Santa Marta en la iglesia de San Fructuoso de Iravals, en los Pirineos Orientales, relacionado más recientemente con el taller de los Serra.