Las singladuras se concluyeron con la primera vuelta al mundo (1519-1522), siendo este el único navío que completó dicho periplo.
[2] Al inicio de la expedición contaba con una tripulación de 45 hombres: 9 oficiales, 11 marinos, 3 artilleros, 10 grumetes, 2 pajes y otros 10 hombres más entre criados del capitán y otros viajeros.
Los amotinados enviaron un bote a la Trinidad con un mensaje para Magallanes pidiendo negociar.
Mientras tanto otro bote, también enviado por Magallanes, con Duarte Barbosa y quince hombres armados aborda la Victoria tomando el control de la nao sin resistencia.
[11] La Concepción fue incendiada en Bohol por sus tripulantes, ya que no tenían suficientes hombres para manejar tres naves, así que la tripulación de la Concepción se repartió entre las naos Trinidad y Victoria.
Juan Sebastián Elcano, que había zarpado como maestre de la nao Concepción, fue elegido capitán de la nao Victoria, continuando el viaje hasta llegar a las islas Molucas.
Desde Tidore se observó que la Trinidad hacía mucha agua y acordaron seguir dos derroteros distintos.
Con la nao Victoria saldrían entre 59 - 70 tripulantes, que regresarían navegando hacia el cabo de Buena Esperanza.
La Trinidad quedó a reparar la carena en Molucas, con el derrotero decidido para regresarse hasta tierra-firme (Reino de Tierra Firme).
Después fue capturada por portugueses y esta nao ya no regresó a España, aunque sí cuatro de sus tripulantes.
Antonio Pigafetta narra la llegada a Sevilla del siguiente modo: En Sevilla se produjo la descarga de las especias que traía consigo la nao Victoria, que cubrió con creces los gastos de toda la expedición (cinco naves en total).
Posteriormente, la nave desapareció en alta mar en un viaje de regreso a España desde Santo Domingo.
En 2004 se rehabilitó la nave para volver a dar la vuelta al mundo pasando por Nagoya (Japón) con motivo de la Expo Aichi 2005.
Posteriormente entró en el dique seco de El Rodeo en Algeciras para reparaciones y mantenimiento.