A cambio, la hermandad tendría una capilla en el templo, los mínimos celebrarían todos los años el Día de San Sebastián y darían un cierto número de misas por la hermandad.
[2] Al principio emplearon como templo la antigua ermita de San Sebastián.
[1][4] Magallanes legó dinero al Convento de la Victoria y pidió en su testamento ser enterrado allí, deseo que no se cumplió porque murió durante la expedición.
Francisco Duarte y su esposa, Catalina de Alcocer, fueron enterrados en la iglesia.
En 1814 un pequeño grupo de mínimos regresó y se instaló en unas casas anejas al mismo.
La iglesia se mantuvo abierta al público hasta la década de 1840.
[10] En el lugar se encontraba la Hermandad de San Sebastián, que tuvo su capilla en la iglesia del convento.
[11] En 1675 se unió a la Hermandad de la Estrella, que tuvo la sede en su capilla.
[13] Permaneció en esta iglesia hasta que fue cerrada por el régimen surgido tras la Revolución de 1868.