Tumbas del Sanedrín

Las tumbas, que destacan por su elaborado diseño y simetría, han sido lugar de peregrinación judía desde la época medieval.[3]​ El lugar recibe su nombre del sanedrín, asamblea o consejo de sabios que durante la Antigüedad formaba la máxima autoridad judía regional en temas legales, civiles y religiosos (que en aquella época estaban estrechamente entrelazados); más concretamente, se refiere al gran sanedrín, a saber, el sanedrín superior del período del Segundo Templo que se reunía en el Salón de las Piedras Talladas, en el propio Templo.[9]​ En la literatura no-judía, el lugar es mencionado en repetidas ocasiones, sobre todo desde principios de la Edad Moderna.En 1598 fue citado por el viajero ultrechtense Joannes Cotovicus durante su ampliamente documentado viaje a Tierra Santa, aunque sin mencionar ningún nombre en concreto.Las tumbas del Sanedrín han sido sitio de peregrinación judía desde el siglo XIII.Identifiqué a sesenta y tres nichos, en los que antiguamente se habían colocado sarcófagos.[6]​ En 1902, el arqueólogo canadiense George Burton realizó una primera excavación, que sería completada casi un medio siglo después por el arqueólogo de origen alemán, miembro de la familia Rothschild, Yotam Julius.En los años 1920, a comienzos del Mandato británico de Palestina, un hombre llamado Moshe Gibori, quien se había declarado el Mesías (tras predecir correctamente un terremoto) residía en la cueva, donde reunía a un círculo de seguidores.[6]​ Tras la finalización de los trabajos de Rothschild entre 1949 y 1950, la cueva quedó completamente despejada, ganando por vez primera acceso a todas las tumbas, incluidas las del fondo (que habían estado bloqueadas durante siglos).[11]​ Los lóculos están dispuestos de manera diferente en cada cámara, estando todas diseñadas para mantener la simetría.En total, se han identificado 63 nichos de entierro en la cueva entera, junto con varios pequeños cubículos y hornacinas para la recolección de los huesos (que en recuentos anteriores puede que se consideraran tumbas propias).[15]​ Se han encontrado además osarios de piedra en bóvedas excavadas en la roca dentro del complejo.No es por causa natural, sino por la práctica de los beduinos que ocupaban las cuevas durante siglos, quienes, para calentarse en las frías noches de invierno de Jerusalén, encendían hogueras en sus interiores; es a causa del hollín absorbido en la piedra durante tantos años, que las paredes han mantenido el color negro hasta la actualidad.
Algunos de los nichos de la cámara principal
Vista de la entrada a la cueva desde el patio
La imagen de la entrada y parte del patio en un antiguo billete de media libra israelí .
El frontón del portal
El frontón de la puerta