El nombre del monumento se debe a una tradición que lo relacionaba con la mujer del rey Salomón, sustentada por su arquitectura original, y no indica que este lugar fuera en realidad la tumba de una princesa egipcia.Esta forma, como también la existencia del vestíbulo, son una excepción entre las antiguas estructuras funerarias de la región.[6] Originalmente, hubo una inscripción directamente por encima de la entada, pero esta fue destruida durante la Edad Media, cuando monjes bizantinos (probablemente ermitaños) que ocupaban el edificio lo convirtieron en su residencia.Aunque la tumba sí aparece en los escritos del obispo irlandés Richard Pococke, quien en un texto de 1738 proporciona datos sobre la estructura y su cornisa egipcia,[11][5] o en un dibujo realizado en 1801 por el pintor germano-italiano Luigi Meyer (importante artista del período otomano),[12] que forma parte de su colección Pinturas de Tierra Santa,[11] lo cierto es que Saulcy fue el primer arqueólogo en investigar la estructura científicamente.Si bien, aunque la tumba fue estudiada a fondo por algunos de los más destacados arqueólogos bíblicos israelíes (como el propio Avigad, David Ussishkin o Gabriel Barkai), una datación exacta ha resultado difícil por la falta de datos que permitieran sacar conclusiones definitivas.
La tumba del valle de Josafat
, de la colección
Vistas de Palestina
de
Luigi Mayer
(1801).
Esbozo del interior de la tumba (derecha); página del diario
Tierra Santa. Informe sobre un viaje de negocios a Palestina y países vecinos
(1873-1874). Autor:
Akim Olesnitsky
.