Tratamiento del cáncer de próstata

Normalmente se realizan determinaciones del PSA en sangre y tacto rectal cada seis meses, posiblemente con biopsia guiada por ecografía transrectal anualmente.

Se aplica más a menudo cuando el cáncer no ha sobrepasado los límites de la glándula prostática (estadios T1 o T2).

Es recomendable que el paciente done su propia sangre antes de la cirugía por si hiciera falta durante la operación.

Después de la cirugía, es preciso portar una sonda vesical durante unos tres a siete días hasta que cicatrice la próstata.

También puede realizarse la prostatectomía radical por vía laparoscópica sin la asistencia del robot, es decir, asistida directamente por cirujanos, con muy similares porcentajes de tiempo quirúrgico y complicaciones.

Debido a que la próstata está rodeada por muchos vasos sanguíneos, existe un riesgo de hemorragia postquirúrgica.

En este contexto emerge la pentafecta como una metodología para reportar los resultados posteriores a la realización de la prostatectomía radical; en ella se incluyen las complicaciones y el estado de los márgenes quirúrgicos junto con la recurrencia bioquímica, la continencia urinaria y la potencia sexual, con resultados alentadores comparados con la técnica tradicional retropúbica.

Asimismo, la prostatectomía radical con el robot daVinci ofrece unos resultados mucho mejores, tanto en incontinencia como en impotencia.

A veces puede inyectarse colágeno u otra sustancia quirúrgica para que actúe de válvula.

Existen varias soluciones de la incontinencia para que el paciente pueda llevar una vida lo más normal posible.

Asimismo es probable que el paciente necesite tomar medicamentos u otros tratamientos si quiere tener una erección.

Los mejores resultados quirúrgicos en cuanto a la impotencia, se obtienen con el robot daVinci, ya que la preservación de bandeletas nerviosas es mucho menos complicada.

Si la enfermedad está más avanzada, la radiación puede servir para disminuir el tamaño del tumor y proporcionar alivio de síntomas actuales o futuros.

La radiación es enfocada hacia la glándula prostática desde una fuente externa al cuerpo, generalmente un acelerador lineal de electrones.

El inicio y la duración de la hormonoterapia que se administra con la radioterapia aún no están completamente establecidos, pero se cree que debería comenzarse unos 3 meses antes del inicio de la radioterapia y prolongarse durante al menos 6 meses, incluso hasta 3 años.

Durante el tratamiento con radioterapia, pueden aparecer diarrea, algunas veces con sangre en las heces, incontinencia rectal e irritación intestinal.

Se necesitan pruebas de imagen como ecografía transrectal, TAC o RMN para ayudar a guiar la localización exacta del material radiactivo.

Problemas intestinales importantes a largo plazo como tenesmo rectal, proctalgia o diarrea, ocurre en menos del 5% de los pacientes.

Si el cáncer de próstata se ha diseminado por muchos huesos, es mejor probar con esta técnica que con la radioterapia externa.

Alrededor del 90% de los hombres que se someten a esta operación reducen la libido y presentan impotencia.

Son fármacos de este tipo la flutamida (Eulexin ®) y bicatulamida,[25]​ que se administran todos los días por vía oral.

Todavía existen algunas controversias sobre si la efectividad del BAC es mayor que la orquiectomía o los análogos de la LHRH solos.

La mayoría no encuentran diferencias en las tasas de supervivencia, pero algunos aseguran que los antiandrógenos son ligeramente menos efectivos.

El dietilestilbestrol (DES) está químicamente relacionado con las hormonas femeninas estrogénicas,[26]​ siendo una importante alternativa a la orquiectomía en los hombres con cáncer de próstata.

Debido a sus potenciales efectos secundarios, como la trombosis venosa o la ginecomastia, el uso del DES es desplazado por los análogos de la LHRH y los antiandrógenos.

[28]​ Cualquiera de estos fármacos puede usarse si otros tratamientos hormonales no son efectivos a largo plazo.

Incluso, los análisis moleculares nos podrían proporcionar biomarcadores genómicos asociados con el comportamiento de la enfermedad y la sensibilidad a los medicamentos.

Pero hay remedios para calmar estos efectos secundarios temporales, como son los antieméticos, o drogas que estimulan la producción de células sanguíneas.

Se necesita largo seguimiento (de 10 a 15 años), para recoger y analizar los datos, por lo que muchos médicos aún consideran la criocirugía como un tratamiento experimental.

Como en el estadio I, la conducta expectante con seguimiento del PSA es a menudo una buena opción para los hombres que no tienen síntomas, especialmente si son mayores o tienen otros problemas de salud importantes.

La radioterapia externa se efectúa con un acelerador lineal como el de la imagen.
El diagrama muestra los distintos órganos ( texto en violeta ), hormonas ( texto y flechas negras ), y tratamientos ( texto y flechas azules ) en el tratamiento.