Los antieméticos son fármacos utilizados para impedir o controlar la emesis, la náusea y la cinetosis.
[5] No obstante, su acción se limita a la emesis producida por estimulación vagal, como en el caso del posoperatorio, o la causada por quimioterapia.
Sus efectos secundarios más comunes son estreñimiento, cefalea, astenia, diarrea y mareo.
[5] Por otra parte, al actuar como sustrato de la enzima CYP3A4, puede interactuar con medicamentos metabolizados por el mismo sistema.
[5] Está contraindicado en personas tratadas con cisaprida o pimozida, pues se ha reportado una prolongación letal del intervalo QT.
[3] Al bloquear los receptores de histamina H1 a nivel del sistema vestibular, los antihistamínicos son útiles para la cinetosis.
[7] En esta clase se incluyen fármacos como la ciclizina, la hidroxicina, la prometazina, la difenhidramina —y su sal, el dimenhidrinato— y la meclozina.
[8] Además, no se deben administrar en menores de dos años por su suceptibilidad a los efectos adversos.