Fue descubierto por el Research Triangle Institute (RTI) en 1968 cuando Monroe E. Wall y Mansukh C. Wani aislaron el compuesto que se encuentra en la corteza del tejo del Pacífico, Taxus brevifolia, y observaron su actividad antitumoral en diversos tipos de tumores.
Los stents tratados con paclitaxel los vende Boston Scientific en los Estados Unidos con el nombre comercial Taxus.
Algunos meses más tarde, en 1963, Monroe E. Wall descubrió que las extracciones realizadas de la corteza poseían cualidades antitumorales, comenzando a revelar los tesoros escondidos del árbol.
En 1967 el equipo consiguió aislar el principio activo y anunció su descubrimiento en la reunión de la Sociedad Química Americana en Miami Beach, Florida, EUA.
Realizado un enorme esfuerzo de investigación en instalaciones gubernamentales y en laboratorios comerciales, el paclitaxel rápidamente se convirtió en un fármaco altamente exitoso.
Puede suministrarse dexametasona con anterioridad al tratamiento con paclitaxel para mitigar algunos de los efectos secundarios.
Algunos efectos comunes incluyen náuseas, vómitos, pérdida del apetito, cambios en el gusto, pérdida de cabello, dolor articular en brazos y piernas que permanece durante 2-3 días, cambios en el color de las uñas, picor en las manos o en los pies.