Se ubican a lo largo del trayecto de los vasos linfáticos formando cadenas o racimos.[2][3] El interior del ganglio tiene tres compartimientos funcionales:[5] Cada ganglio linfático está rodeado de tejido conectivo de colágeno denso irregular, que es más grueso en el lugar donde se encuentra la hendidura o hilio por donde entran y salen los vasos sanguíneos, y por donde salen los vasos linfáticos eferentes en cantidad escasa.Los vasos linfáticos aferentes entran en forma abundante por diversos puntos de la zona capsular convexa.Los folículos linfoides secundarios tienen dos zonas: el centro germinal que contiene linfocitos B activados por la presencia de un antígeno, y el manto o zona creciente conformado por linfocitos más pequeños (con poco citoplasma) e inactivos, que se extienden como un manto en torno al centro germinal orientado hacia el lado de la cápsula.[2][5] Los vasos linfáticos aferentes, que conducen la linfa, penetran al ganglio por el lado convexo de la cápsula.[2][5] Las arterias ingresan por el hilio del ganglio linfático y se dividen en arteriolas que van por las trabéculas.Otras arteriolas llegan hasta la corteza donde forman una red capilar y luego retornan por vénulas postcapilares a través de la paracorteza y luego la médula, donde en los cordones medulares se van uniendo formando vénulas más grandes que acompañan el recorrido arteriolar hacia el hilio.Algunos linfocitos B presentes en la paracorteza también se activan y en conjunto con algunos linfocitos T migran a los folículos primarios de la corteza donde generan linfoblastos, de los que posteriormente se seleccionarán aquellos con mayor afinidad por el antígeno, para amplificar la respuesta ante un nuevo contacto.
Diagrama que muestra las partes principales de un ganglio linfático.
Canales linfáticos en rojo.
Vascularización del ganglio, arteriolas en verde, abajo. Capilares arriba.