Torcuato, además de ostentar la cátedra, estuvo al frente del Colegio Mayor Valdés Salas hasta 1951, año en el que publicó un amplio estudio filosófico llamado El concepto de lo social y otros ensayos.
[2]Siendo en esos momento el rector más joven de la nación, su nombre comenzó a ser conocido en los medios políticos.
[8] Estos calificaron como «hecho sobremanera grave» la «discriminación académica del cuerpo docente» en una carta de 1960 firmada por Aranguren, Laín Entralgo, Terán, Dámaso Alonso y otros.
Esta era la segunda carta de protesta firmada por académicos (la primera fue en 1956) y posteriormente vendrían otras.
Desde 1969,[9] fue profesor de Derecho Político, mentor y consejero del entonces príncipe Juan Carlos, que ya había sido nombrado anteriormente «sucesor en la jefatura del Estado con el título de rey».
Este período final del franquismo fue un período de creciente conflictividad social, al que la dictadura respondió con represión, y en el cual algunos políticos se habían dado cuenta de la difícil supervivencia del régimen cuando muriera el dictador.
En este tiempo publicó su última obra literaria de amplio contenido Estado y Constitución.
De esta forma, Arias Navarro demostraba su poder frente al nuevo Jefe del Estado.
La periodista y "cronista" de la Transición Pilar Urbano, realiza el siguiente análisis:[11] Arias Navarro no deseaba dimitir, argumentando que el nombramiento por Franco para ser presidente del gobierno era para cinco años[12] y que expiraba en 1979.
El rey no creía tener poder suficiente para cesar al presidente del gobierno, Carlos Arias Navarro.
[15] Tras la reunión, Valentín Silva Melero le comunicó a Torcuato que todo había salido bien.
Torcuato escribió:[18] No romper, ir de una situación a otra desde la ley No ruptura, reforma desde la Ley de Sucesión, 2/3 y referéndum La idea de Torcuato Fernández-Miranda era establecer un sistema con dos partidos políticos, uno conservador y otro de tipo más liberal, y que en su opinión podía ser el Partido Socialista Obrero Español (histórico) que presidía Rodolfo Llopis, y que se caracterizaba por ser más moderado que el PSOE Renovado del interior, encabezado desde 1974 por Felipe González, Alfonso Guerra, Javier Solana y Enrique Múgica, tras la escisión del Congreso de Suresnes.
[21] Arias Navarro estaba disgustado porque las medidas económicas del ministro Villar Mir llevaban ya dos semanas en las Cortes y era preciso aprobarlas.
Para evitarlo, Fernández-Miranda decidió aplicar a las leyes tramitadas por las Cortes el procedimiento de urgencia.
En ese momento Adolfo Suárez se encontraba haciendo una criba en el Movimiento Nacional para lograr candidatos con los que conformar un partido de centro.
Fernández-Miranda veía en Suárez un gran candidato a presidente porque Suárez estaba comprometido con principios muy generales, como la libertad de asociación, pero no era intransigente con sus propias ideas y no hacía imposiciones sobre la estructura que debería tener el Estado.
Para ello se realizó una votación y el candidato que no obtuviera 8 votos sería suprimido.
Los borradores tuvieron estilos tan distintos como sus autores: José Manuel Otero Novas, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Eduardo Navarro, con aportaciones puntuales de José Miguel Ortí Bordas, Félix Hernández Gil, Aurelio Menéndez, etc.[32] También se pidió un borrador de la ley al catedrático Carlos Ollero Gómez.
[32] Luego fue a ver a Suárez al paseo de la Castellana, número 3, y le entregó el documento con una nota que decía: "Aquí te dejo esto que no tiene padre".
Varios procuradores contrarios a la Ley de Reforma Política fueron extorsionados con dosieres del SECED.
[33] Con la aprobación de la ley, se fijaron también las bases del sistema electoral actual, pactadas entre Suárez y Alianza Popular.
[33] Fernández-Miranda, considerando que su labor ya estaba cumplida, presentó su dimisión como presidente de las Cortes ante el monarca y este la aceptó.
[36] Retirado de la política, tras varios desencuentros con Adolfo Suárez, se desplazó a Londres, donde residía su hijo el doctor Enrique Fernández-Miranda Lozana.
Dominicas de Santo Domingo, y fue enterrado en Navacerrada, lugar al que acudía con su familia a pasar sus vacaciones desde 1972.