Los orígenes del ballet se encuentran en el poema Aminta (1573) de Torquato Tasso que describe la trama básica usada en la obra.
[5] Fue el primer ballet en ser presentado en la recientemente construida Ópera del Garnier el 14 de junio, y lo hizo así con extravagancia.
Sin esta música tan apreciada, el ballet pronto hubiese caído en una oscuridad absoluta.
De Sangalli se ha dicho que tenía una «magnífica constitución», pero no un talento espectacular para la danza.
La obra de Delibes es, ciertamente, el aspecto mejor apreciado del ballet por su innovación, creatividad y madurez.
La Sylvia de Ashton es mucho más contemporánea, y si bien se conserva en ella una sensación clásica, ha sido modernizada.
[8] Tal como Gillian Murphy observó, en la actual producción del American Ballet Theatre (en 2005), esta coreografía fue un gran desafío, en especial para Sylvia, el rol principal.
Ashton hizo el ballet pensando específicamente en el talento y la habilidad de Margot Fonteyn.
[10] El mismo Chaikovski puso énfasis en la ingeniosidad de Sylvia a su amigo y colega Sergéi Tanéyev, considerándolo «...el primer ballet, donde la música no sólo es el principal interés, sino el único.
La música de Sylvia fue también notable por su uso novedoso y más desarrollado del leitmotiv.
[4] Esta partitura hoy tan notable es significativamente más famosa por dos secciones en particular, el ya mencionado Preludio al primer acto y el Pizzicati en el tercero.
Su popularidad es mayor por su uso en la banda sonora de varios dibujos animados y películas.
Si hubiese conocido esta obra un poco antes, por supuesto que no habría compuesto El lago de los cisnes».
De hecho, cuando Frederick Ashton recoreografió el ballet en los años 1950, intentó volver a trabajar la historia para hacerla más interesante (pero siempre conservando sus temas clásicos) pues reconoció en este aspecto del ballet una debilidad potencial.
Aminta procura esconderse, pero Sylvia descubre a su acosador e, irritada, dispara su arco hacia Eros.
En respuesta Eros dispara a Sylvia, quien queda herida, no gravemente, pero lo suficiente como para ser conducida fuera de escena.
Ahora, Sylvia se aflige por Aminta, acariciando nostálgicamente la flecha que le disparó al pecho.
Entonces el compasivo Eros ofrece a Diana una visión: La diosa recuerda su amor pasado por el joven Endimión, que también era un pastor.
Clive Barnes, un respetado crítico teatral estadounidense, comentó, «todo el ballet es una guirnalda presentada a la ballerina por su coreógrafo».
Ashton cambió también un poco el libreto de Barbier en esta producción, buscando maximizar el interés en la historia.
Margot Fonteyn interpretó el papel principal de Sylvia cuando se comenzó a presentar esta versión.
[22] La Sylvia de Ashton también fue re-escenificada por Christopher Newton en la Ópera del Metropolitan en 2005, donde fue presentada por el American Ballet Theatre.
Como ya se ha mencionado, el Pizzicati ha sido empleado en varios dibujos animados y series televisivas, generalmente con un efecto cómico (también apareció en los programas de Chespirito).
Esta lista solo menciona las producciones más comentadas o significativas; sin embargo, hay muchas realizaciones de breves fragmentos, especialmente en Londres.