Varios cientos de sūtras Mahāyāna sobreviven en sánscrito, o en traducciones chinas y tibetanas.
[3] Los estudiosos modernos del budismo suelen sostener que los sūtras del Mahāyāna empezaron a aparecer entre el siglo I a. C. y el siglo I de nuestra era.
[4][5] Se siguieron componiendo, recopilando y editando hasta el declive del budismo en la India.
[8] En general, la escuela Theravada moderna no los acepta como palabra de Buda.
Según David Drewes, el origen más probable del Mahāyāna es que fuera "principalmente un movimiento textual, centrado en la revelación, la predicación y la difusión de los sūtras Mahāyāna, que se desarrolló dentro de las estructuras sociales e institucionales budistas tradicionales.
[14] Los sūtras Mahāyāna eran memorizados y recitados por importantes monjes eruditos llamados "recitadores del Dharma" (dharmabhāṇakas), a los que se consideraba como el sustituto de la presencia del Buda.
Según Joseph Walser, en los siglos V y VI se produjo un gran aumento de su producción.
"[21] Sin embargo, Williams escribe además queSin embargo, no siempre es absurdo sugerir que un sūtra o enseñanza Mahāyāna pueda contener elementos de una tradición que se remonta al propio Buda, a la que se restó importancia o simplemente se excluyó de las formulaciones canónicas de las primeras escuelas.
Así, son vistos como superiores y más virtuosos que los sūtras no Mahāyāna.
[22][23] Los sūtras Mahāyāna no fueron reconocidos como palabra de Buda (buddhavacana) por varios grupos de budistas indios y hubo un gran debate sobre su autenticidad en todo el mundo budista.
[24] Los comentarios Theravāda de la escuela Mahavihara mencionan estos textos (que llaman Vedalla/Vetulla) como escrituras falsas.
[25] La escuela Saṃmitīya también era fuertemente opuesta a los sutras Mahayana, como señaló el historiador tibetano Tāranātha.
"[35] Como tal, esta idea sostiene que el Mahāyāna es la "palabra de Buda" porque conduce al despertar (bodhi), no porque haya sido pronunciado por un individuo específico con el título de "Buda".
Aunque promueve la Budeidad para todos, el texto carece del habitual antagonismo hacia los śravakas y los arhats, como es típico de los textos Mahāyāna posteriores, como el Vimalakīrti-nirdeśa.
[44] Según Karl Brunnholzl, Prajñāpāramitā significa que "todos los fenómenos desde la forma hasta la omnisciencia están completamente desprovistos de cualquier característica o naturaleza intrínseca propia".
[47] Dado que todos los fenómenos (incluso el Nirvana) carecen de esencia, núcleo inmutable o independencia, son meras construcciones conceptuales y, como tales, son como ilusiones mágicas (maya).
[48] Muchos sutras son conocidos por la cantidad de líneas, o slokas, que contienen.
[49] Probablemente escrito entre el 100 a. C. -150 d. C., el Sūtra del Loto afirma que las tres vehículos espirituales (śrāvaka-yāna, pratyekabuda-yāna y bodhisattva-yāna) no son caminos reales que conduzcan a metas diferentes, de hecho sólo hay un camino (ekayāna), con una meta: la budeidad.
En lugar de pasar a un estado totalmente trascendente, un Buda permanece para ayudar a todos los seres sintientes de innumerables maneras, como un gran padre espiritual que ha estado presente durante eones y seguirá enseñando durante muchos más eones.
Además, los dos primeros giros se consideran provisionales (neyārtha) en este sistema de clasificación, mientras que se dice que el tercer grupo presenta la verdad final sin necesidad de más explicaciones (nītārtha).
[62] En el sutra Vimalakirtinirdeśa (c. siglo I o II de nuestra era), el bodhisattva Vimalakīrti aparece como un laico y se muestra como superior en sabiduría a todos los demás discípulos del Buda.
Suzuki ve el Lankavatara como claramente anterior y distinguido de Yogacara.
[71] El Buddhāvataṃsaka probablemente alcanzó su forma actual alrededor del siglo IV de nuestra era y esta compilación puede haber ocurrido en Asia Central.
[73] El Buddhāvataṃsaka también representa varias escenas visionarias místicas, con innumerables sistemas mundiales e innumerables budas y bodhisattvas que viajan libremente por este multiverso ayudando a todos los seres por compasión.
[91] El Abhidharmasamuccaya de Asaṅga (c. siglo IV) clasifica los sūtras Mahāyāna como pertenecientes al Bodhisattva Piṭaka, que se designa como la colección de enseñanzas para los bodhisattvas.
Los editores del Taishō Tripiṭaka (Taishō Shinshū Daizōkyō, una importante edición erudita del canon budista chino compilada por estudiosos japoneses en el siglo XX) atribuyen doce textos a Lokakṣema.
El Sūtrasamuccaya cita algunos textos budistas tempranos, pero se centra principalmente en los sūtras mahāyāna.
Los siguientes Sūtras Mahāyāna se citan en el Sūtrasamuccaya:[98] Según David Seyfort Ruegg, las principales fuentes de sutra de la tradición madhyamaka son los sutras Prajñāpāramitā, Ratnakūṭa y Avataṃsaka.
Ruegg también señala que Candrakīrti (c. 600 - c. 650) cita también los sutras Prajñāpāramitā y también cita: el Akṣayamatinirdeśa, Anavataptahradāpasaṃkramaṇa, Upāliparipṛcchā, Kāśyapaparivarta, Gaganagañja, Tathāgataguhya, Daśabhūmika, Dṛḍhādhyāśaya, Dhāraṇīśvararāja, Pitāputrasamāgama, Mañjuśrīparipṛcchā, Ratnakūṭa, Ratnacūḍaparipṛcchā, Ratnamegha, Ratnākara, Laṅkāvatāra, Lalitavistara, Vimalakirtinirdesa, Śālistamba, Satyadvayāvatāra, Saddharmapuṇḍarīka, Samādhirāja (Candrapradīpa), y el Hastikakṣya.
Los Mahāyāna Sūtras están contenidos en varias secciones del canon: En el canon budista tibetano, las traducciones de los sūtra Mahāyāna se encuentran en el Kangyur (Wylie: bka'-'gyur).