Sonata para piano n.º 8 (Beethoven)

Como muestra de gratitud, Beethoven dedicó al príncipe las siguientes composiciones musicales, todas anteriores a 1806: los tres Tríos para piano, Op.La obra se abre con una introducción lenta y meditativa, siento esta la primera vez que Beethoven emplea este recurso en una sonata.[1]​ La introducción parece plantear una pregunta o luchara por superar un dilema, la música busca resolución y alivio.Estos llegan en la exposición, que está marcada con la indicación de tempo Allegro di molto con brio y escrita en ritmo alla breve.Ligado de manera orgánica a la introducción, aparece el Allegro di molto e con brio, con un comienzo tormentoso, violentamente dramático y apasionado.[5]​ La tensión emocional del movimiento, concentrado, extenso y complejo, no se había dado nunca antes en la literatura pianística.El famoso segundo movimiento, Adagio cantabile, está en la bemol mayor, en compás de 2/4 y responde a una forma rondó siguiendo el patrón ABACA con una breve coda.[1]​ Empieza con una melodía suave, lánguida y melancólica, de una belleza otoñal que en apariencia puede parecer simple pero en realidad es armónicamente densa.[10]​ La idea principal se puede encontrar también en otras obras del maestro alemán como el Cuarteto de cuerda n.º 2 Op.18 y el Septeto Op.El Finale comienza con un tema elegante y elocuente acompañado por figuras arpegiadas tocadas por la mano izquierda.Aunque el ambiente parece luminoso, la música está teñida de melancolía, con independencia del jovial segundo tema.Se suelen destacar además las ambiciones sinfónicas y tímbricas de la sonata, muy rica en texturas.Debido a su popularidad fue publicada 17 veces en vida del compositor en su versión original para teclado así como en otras varios arreglos para pequeñas agrupaciones instrumentales.[1]​ La partitura se vendió bien y contribuyó a forjar su reputación como compositor, no sólo como extraordinario pianista.[11]​[12]​ Esta obra expuso al mundo los rasgos que Beethoven seguiría desarrollando en los años venideros.
Beethoven en 1796.
Príncipe Lichnowsky , dedicatario de la pieza.
Portada de la edición de Joseph Eder ( Beethoven Haus ).