En noviembre de 2012, la revista TIME lo nombró el «actor más grande del mundo».
[15] Para cuando dejó Bedales en 1975, la actitud despreocupada de Day-Lewis había disminuido y necesitaba elegir una carrera.
Luego le vinieron otras películas como La insoportable levedad del ser, con Juliette Binoche, hasta que en 1989 le ofrecieron el papel de Christy Brown, un artista irlandés discapacitado, en Mi pie izquierdo.
[16][7] En 1992 realizó una actuación como el blanco renegado criado por indios mohicanos, Nathaniel, en El último de los mohicanos de Michael Mann junto a Madeleine Stowem que le dio un gran impulso a su carrera.
[19] Participó en una película dirigida por su mujer Rebecca Miller en The Ballad of Jack and Rose, la vida de un padre con enfermedad terminal y pasado hippie y su hija en lo que quedó de una comuna creada por aquel movimiento en los años 1970.
[20] Entre los proyectos que rechazó destacan: El Señor de los Anillos,[21] Shakespeare in Love y Solaris, entre otros.
En la película, Day-Lewis interpreta a Guido Contini, un director italiano casado al que le gustan las mujeres.
La película tenía además un reparto femenino con mujeres como Nicole Kidman, Judi Dench Marion Cotillard, Kate Hudson, Penélope Cruz, Sophia Loren y Fergie.
[28] En febrero de 2013 ganó su tercer Óscar por el papel protagonista del presidente estadounidense Abraham Lincoln.
Se convierte así en el primer hombre en conseguir tres Óscar al mejor actor principal[29] en toda la historia de la ceremonia.
Tras su tercer galardón en los Óscar se inició un debate sobre si Day-Lewis tendría ya un lugar entre los mejores actores de la historia del cine.
[35] Así lo confirmó Leslee Dart, su representante, a Variety: "Daniel Day-Lewis ya no trabajará como actor.
[40] El compromiso y devoción de Day-Lewis por caracterizar los personaje a los que interpretaba era inmersivo; en la mímica, rango de voz, gestos faciales, manera de caminar y postura, hacía que cada papel que interpretaba fuera muy diferente al anterior, logrando personificar a personajes con una voz e identidad únicas respecto a la anterior.
Day-Lewis evitó todo contacto con su compañero de elenco, Paul Dano: en la ficción eran enemigos acérrimos y no quería que la familiaridad entre colegas arruinara la construcción de la historia, según contó Dano en entrevistas.