Paraíso (Divina comedia)

De hecho, todas las almas del Paraíso, se encuentran en el Empíreo, y precisamente en la cuenca de la Cándida Rosa (o Rosa Mística) desde el cual contemplan directamente a Dios.De hecho, es imposible llegar a Dios tan solo con la razón, siendo necesaria la verdad iluminada.Las nueve esferas son concéntricas, como en la clásica teoría geocéntrica de la cosmología medieval.A diferencia de lo que sucede en los otros reinos, la disposición en capas se debe en el Paraíso a la propiedad de sentir más o menos a Dios de las almas que lo habitan: "(...) del primer cielo son el ornamento, y gozan más o menos dulce vida según sienten allí el eterno alimento.La escolástica asiste al autor en esta y otras explicaciones similares, que son frecuentes en la cántica.Las nueve esferas del Cielo son Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno, las Estrellas fijas, y el Primer móvil.Dante también evoca otras asociaciones, como la existente entre Venus y el amor romántico.[9]​ Debido a su proximidad al sol, el planeta Mercurio suele ser difícil de ver.[9]​ Dante conoce en esta esfera el emperador Justiniano, quien se presenta con las siguientes palabras: "César fui y soy Justiniano,"[10]​ indicando que su personalidad permanece, pero que su cargo terrenal ya no tiene validez[11]​ (Canto V).Obren los gibelinos, obren su arte bajo otro signo; que mal lo sigue siempre quien de la justicia lo aparta"[12]​ Por asociación, Beatriz habla sobre la Encarnación y la Crucifixión de Jesús, que sucedió en tiempos del Imperio romano (canto VII).Dante encuentra a Carlos Martel de Anjou-Sicilia, a quien ya conocía,[14]​ y quien expresa que para funcionar correctamente cualquier sociedad necesita gente de diferentes tipos.Esas diferencias se ilustran con Cunizza da Romano (amante de Sordello), quien se encuentra en el Cielo, mientras que su hermano Ezzelino III da Romano en el Infierno, entre los violentos del séptimo círculo.Las veinticuatro luces giran en torno a Dante y Beatriz, cantando la Trinidad.[20]​ Los millones de centellas de luz que son sus almas forman una cruz griega en el planeta Marte, y el autor la compara con la Vía Láctea (Canto XIV): "Como diversa de menores y mayores luces albea tanto entre los polos del mundo la Galaxia, que hace dudar a los sabios,"[25]​ Sin embargo, Cacciaguida también encarga a Dante escribir y contar todo lo que ha visto en los tres reinos de ultratumba.[27]​ En esta esfera se encuentran David, Ezequías, Trajano (quien se convirtió al cristianismo según una leyenda medieval), Constantino I, Guillermo II de Sicilia, y Rifeo el troyano (lo cual sorprende a Dante), quien fue un pagano salvado por la merced de Dios.[33]​ En este punto (de hecho desde la de géminis, bajo la cual nació el autor), Dante vuelve la vista atrás para contemplar tanto las siete esferas por las que ha pasado como la Tierra (Canto XXII): "Con la vista retorné por todas cuantas las siete esferas, y vi a este globo tal, que sonreí de su apariencia villana;"[34]​ Dante ve asimismo a la Virgen María y otros santos (Canto XXIII).San Pedro examina a Dante sobre la fe, preguntándole qué es, y si alberga o no ese sentimiento.Tras la respuesta, San Pedro le pregunta al protagonista cómo sabe que la Biblia es verdadera, y (en un argumento atribuido a san Agustín[35]​) Dante cita el milagro de que la iglesia haya crecido tan pronto y tan robusta a partir de orígenes tan humildes (Canto XXIV): "Me respondieron: Di ¿quién te asegura que existieron las obras?"[36]​ Santiago[37]​ examina a Dante sobre esperanza, y Beatriz da fe de que el autor alberga ese sentimiento (Canto XXV): "La Iglesia militante no tiene mejor hijo con mayor esperanza, como está escrito en el Sol que irradia a nuestro rebaño;En su respuesta, el protagonista se refiere al concepto de "amor torcido" discutido en el Purgatorio[39]​ (Canto XXVI): "Entonces comencé: todos los mordiscos que pueden forzar al corazón que a Dios se vuelva, a mi caridad concurren;Beatriz explica la creación del universo, y el papel de los ángeles, terminando con una severa crítica a los predicadores de entonces (Canto XXIX): "No dijo Cristo a su primer convento: Id y predicad al mundo patrañas; más les dio veraz fundamento;así me circundó una luz viva, y dejóme cegado con tal velo su fulgor, que nada aparecía.Todas las almas que ha conocido en el Paraíso, incluyendo a Beatriz, tienen su morada en esta rosa.[44]​ A su alrededor hay ángeles volando como abejas, distribuyendo paz y amor.[49]​ Tras un rayo de comprensión, que el poeta no puede explicar, Dante entiende, y su alma entra en total armonía con el amor divino:[47]​ "A la alta fantasía aquí faltaron fuerzas; mas ya movía mi deseo y mi velle, como rueda a su vez movida,
Dante y Beatriz en el Paraíso con un grupo de sabios, en un fresco de Philipp Veit .
El Paraíso adopta la cosmología geocentrista .
En el Canto 2 Beatriz explica a Dante las diferencias de luminosidad de la Luna .
Dante y Beatriz hablan con Piccarda Donati y Constanza (fresco de Philipp Veit ), Canto 3.
El emperador Justiniano se encuentra en la esfera de Mercurio , en el canto 5.
Fulco de Marsella lamenta la corrupción de la Iglesia , con la clerecía recibiendo dinero de Satán (miniatura de Giovanni di Paolo ), Canto 9.
Dante y Beatriz encuentran dos grupos compuestos por doce sabios cada uno en la esfera del Sol (miniatura de Giovanni di Paolo ), Canto 10.
Las almas en el Canto 14 forman una cruz griega , que el autor compara con la Vía Láctea .
Cacciaguida predice sin ambages que Dante sufrirá un amargo exilio de Florencia .
Dante y Beatriz encuentran a Pedro Damián , quien les cuenta su vida, y les habla sobre la predestinación (miniatura de Giovanni di Paolo ), Canto 21.
Dante y Beatriz en la esfera de las Estrellas fijas.
Santiago , quien examina a Dante sobre la esperanza (obra de Rembrandt ), Canto 25.
Dante y Beatriz ven a Dios como un punto de luz rodeado de ángeles (ilustración de Gustave Doré ), Canto 28.
Beatriz critica a los predicadores contemporáneos del autor, sugiriendo que un "ave" siniestra (en realidad un demonio alado) anida en su cuello (miniatura de Giovanni di Paolo ), Canto 29.
Los tres círculos de la Trinidad (ilustración John Flaxman ), Canto 33.