Ricardo de San Víctor

Sus obras conocidas y más importantes fueron: Sus ideas giran principalmente alrededor de la supeditación que existe entre la razón filosófica y la mística, ya que aquella no puede hacer sino servir a ésta.

Así, el conocimiento que se obtiene del mundo sensible es una primera etapa para el conocimiento de Dios, en el que escalando con la inteligencia a través de las criaturas sensibles e inteligibles, se llega a los seres intelectibles que son aquellos del mundo espiritual y en último grado, Dios.

[3]​ Igualmente, su especulación le lleva a tratar de demostrar la existencia de Dios, de la cual expone tres vías:[4]​ Fue el primero en desarrollar la teoría de la scintilla animae (centella o chispa del alma), que proponía la existencia de una parte íntima en el alma que no podía contaminarse jamás por el pecado, que sería un reflejo personal de Dios y que es precisamente donde se lleva a cabo la contemplación y unión mística más profunda.

El poeta italiano Dante Alighieri, en su máxima obra la Divina Comedia, colocó entre las almas bienaventuradas del Paraíso a Ricardo de San Víctor, ubicándolo en la cuarta esfera, correspondiente al sol, donde residen los sabios.

San Víctor defendió que para entender el sentido simbólico del Templo era necesario visualizarlo como una construcción real.

Ricardo de San Víctor fue colocado por Dante Alighieri en el Paraíso de su obra La divina comedia junto con otros sabios antiguos. En esta miniatura de Giovanni di Paolo que ilustra la escena, aparece en segundo lugar de derecha a izquierda con túnica roja junto a Beda el Venerable y Siger de Brabante .
Opera, 1650
Portada de las Obras completas (Lyon 1534)