Ofensiva de Kérenski

[6]​ El régimen zarista[nota 1]​ se había comprometido con los Aliados a participar en una nueva ofensiva conjunta en 1917.

Al comienzo, esta se había fijado para comienzos de año pero las necesidades militares anglo-británicas y el rechazo ruso a combatir en mitad del invierno obligaron a retrasar las operaciones hasta la primavera.

Para entonces la desorganización del Ejército ruso, en parte por las enormes bajas sufridas y el hartazgo por la guerra y en parte por las medidas democratizadoras del nuevo Gobierno provisional que desbarataron la antigua disciplina, impidió al alto mando participar en las operaciones de primavera.

[7]​ Los militares rechazaron los planes aliados de ofensiva para febrero del año siguiente, a pesar de que los representantes rusos les habían otorgado el beneplácito en la conferencia aliada en Chantilly en la que se había decidido tal fecha para el siguiente ataque.

[7]​ A pesar de las exigencias aliadas, los generales presentes decidieron que sus unidades simplemente apoyarían una posible ofensiva en el resto de frentes mediante operaciones limitadas y pospondrían todo ataque sustancial hasta el verano.

[7]​ Tras largas discusiones, se eligió el frente suroeste para este ataque principal.

[8]​ En la conferencia interraliada celebrada en Petrogrado en febrero —la primera celebrada en territorio ruso—, se acordó finalmente el retraso de la principal ofensiva aliada a la primavera: debía llevarse a cabo en el mes de abril.

E. Gutor, tomó el mando solo tres semanas antes del comienzo previsto de la campaña.

Nos parece que el único pequeño rayo de esperanza es Lenin, pero le consideráis un provocador.

También nuestros hermanos soldados que fueron elegidos como representantes recitan la misma cantinela sin sentido:«hasta la victoria final».

Los elegimos porque prometieron antes de su elección que intentarían traer la paz, pero en cuanto dejaron las trincheras olvidaron a sus leales camaradas.

[18]​ A pesar de esto, numerosos oficiales y políticos, socialistas y no socialistas, se engañaron pensando que, una vez eliminada la autocracia, las tropas formarían un nuevo Ejército revolucionario dispuesto a retomar con vigor las operaciones militares, en parte por analogía con el periodo revolucionario francés.

La Orden número 8, conocida como Declaración de los derechos del soldado, había relajado considerablemente el anterior código militar y facilitado el desorden al conceder a los soldados permiso para abandonar las unidades cuando no se hallasen de servicio.

[24]​ Los oficiales habían perdido además su poder de aplicar medidas disciplinarias —salvo en el combate—, que pasó a los comités y tribunales militares electos.

[24]​ Los tribunales ambulantes que anteriormente habían realizado rápidos consejos de guerra quedaron abolidos.

[20]​ Muchas unidades de casi todos los frentes se mostraban reacias a combatir y varias de ellas tuvieron que ser disueltas o forzadas a ocupar las posiciones que se les habían asignado por la fuerza.

[28]​ La infantería rusa se mostraba en general favorable a la interrupción de los combates y al trato con las tropas enemigas, que solo la artillería estorbaba en ocasiones.

Mientras los generales y las fuerzas conservadoras en el Gobierno veían la revolución como un acicate para renovar la lucha por la victoria en la contienda, la izquierda la consideraba el comienzo de un cambio social, que debía conllevar, entre otras cosas, la pronta firma de la paz entre los combatientes.

[6]​ Obtenido este respaldo, Kérenski partió hacia el cuartel general en Maguilov para estar junto al Estado Mayor durante la ofensiva.

En el sector del 7.º Ejército, la orografía complicó notablemente el ataque; al norte de Berezhany los espesos bosques ocultaban fortificaciones enemigas que ni los aviones ni la artillería rusa —por una vez superior en número— podían destruir.

[56]​ Al día siguiente, otra unidad capturó el cuartel del 3.er Ejército austriaco, Kálush.

[56]​ Los soldados, nuevamente borrachos, cometieron atrocidades contra la población civil y una unidad cosaca tuvo que ser enviada al frente para repeler el contraataque alemán.

[59]​ Más al sur, en el frente occidental, la situación era parecida: las unidades se negaron a avanzar.

[61]​ Tras varios éxitos iniciales en la campaña (batalla de Zbórov), la ofensiva quedó paralizada al amotinarse y rechazar participar en el combate los soldados rusos,[52]​[50]​ así como por el refuerzo alemán del frente y la mala planificación del Estado Mayor, confesada por Kérenski al primer ministro pocos días más tarde.

[57]​ Brusilov, que había planeado ataques secundarios en los otros tres sectores del frente, hubo de retrasar reiteradamente las fechas previstas para estos al mostrarse las tropas opuestas a tomar parte en la ofensiva.

[62]​[61]​ Mientras los tres ejércitos del frente sudocciental trataban de reagruparse para aprovechar los avances del 11.º y 8.º, los alemanes, a pesar de ser muy inferiores en número, atacaron al 11.º y le obligaron a retroceder.

[63]​ Las órdenes de combatir se debatían en las unidades y a menudo eran finalmente rechazadas.

Los tardíos ataques en otros sectores del frente por parte de las unidades rusas fueron inútiles.

[65]​ Allí donde no se disgregaron, las unidades militares permanecieron como agrupamientos incapaces de oponerse al enemigo.

[68]​ No se invitó a representante ruso alguno en la siguiente reunión interaliada de julio celebrada en Londres y solo cuando el embajador ruso se enteró de la convocatoria pudo acudir precipitadamente y participar junto a la delegación francesa.

Reunión del alto mando ruso en 1916. El general Mijaíl Alekséyev (3º por la izda.) trazó a grandes rasgos el plan de campaña de año siguiente, aunque fue relevado poco antes de su puesta en marcha por el general Brusílov (3º por la dcha., le sigue el zar Nicolás II).
Aleksandr Kérenski , izquierda, nuevo ministro de Defensa del Gobierno de coalición social-liberal, arengando a las tropas durante los preparativos de la ofensiva de verano.
Avance del 47.º regimiento siberiano de fusileros el 18 de junio jul. / 1 de julio de 1917 greg. , primer día de la ofensiva.
Las principales operaciones de la ofensiva rusa de verano y los contraataques austro-germanos.