Literatura gauchesca

Cronológicamente su surgimiento y despertar se puede ubicar en el período previo al de la Independencia, con tres etapas bien marcadas y definidas una de la otra, adquiriendo así sus características propias: Es decir, se ve una evolución del género desde la opinión a la literatura elegíaca, transformando también el género literario propiamente dicho, ya que en las primeras etapas prolifera la poesía, un realismo poético lingüístico y vivencial que da paso al idealismo en prosa.Al principio el gaucho no fue un hecho foloclórico, era un "tipo aislado del ámbito cultural rioplatense" y es este género que lo recrea literariamente.Bartolomé Hidalgo es considerado el "primer poeta gaucho", ya que sus Diálogos patrióticos (1822) inician la literatura gauchesca; Estanislao del Campo, en El Fausto Criollo (1866), e Hilario Ascasubi]], en su obra referida a Santos Vega (1870), le siguen.Eduardo Gutiérrez alcanzó especial popularidad con casi una docena de novelas sobre el gaucho, frecuentemente centradas en el gaucho malo, y por lo tanto sus novelas están llenas de peleas sangrientas, violaciones y otros episodios dramáticos.Su novela más famosa es Juan Moreira (1879), basada en la historia de un gaucho que osciló entre la vida delictiva y la violencia política.Otro de los más destacados autores literarios que llega a tomar temáticas gauchas es el entrerriano Martiniano Leguizamón.La imagen del «gaucho malo» se encuentra también en Juan Moreira (1880), la novela de Eduardo Gutiérrez.Este texto relata la vida de un personaje existente y típico del paisaje tradicional pampeano: Juan Moreira.Su astucia y su temeridad son la base del mito criollo (iniciado por el Martín Fierro).En cambio, en Juan Moreira el gaucho matrero se convierte en un superhéroe peleador quién, herido mortalmente por la policía, muere finalmente en su ley.En cuanto a Santos Vega, el personaje literario parece estar basado en alguien que realmente existió pero de quien prácticamente nada se sabe.En los años 1970 la tradición visual que representa graciosamente, si bien con respeto, al gauchaje es proseguida por otros gauchos de historieta: El gaucho Carayá y, especialmente, Inodoro Pereyra (El Renegau), un excelente homenaje en clave humorística realizado por Roberto Fontanarrosa.Para escribir sus obras literarias, estos autores frecuentemente recurrieron (tal cual lo ha hecho notar el docto tucumano Ricardo Rojas) a una métrica típicamente gaucha, la de los versos en octosílabos.Esa es la métrica del payador, que resulta perfecta para transmitir las más profundas emociones improvisando.
Portada del Martín Fierro , obra más conocida de la literatura gauchesca.
Primera edición de Don Segundo Sombra (1926).