Se encuentra inspirada en una crónica policial real protagonizada por el legendario cuchillero porteño Juan Moreira, quien fue muerto por la policía en Lobos, en 1874.
En 1884, Gutiérrez reescribió la novela como "mimodrama" para ser representado en el circo, y esta obra homónima se convirtió en la pieza fundadora del teatro rioplatense.
En París, poco tiempo después de haber estado allí José Podestá con su compañía, se popularizó la expresión “¡C’est un Moreyra!” para referirse a alguien que se batía en lances a causa de una mujer.
Estuvo dirigido a un público amplio, de raigambre popular, que se agolpaba en la puerta del diario para esperar y leer cada entrega.
[2] Eduardo Gutiérrez continuaría esta línea de personajes heroicos complicados en crónicas policiales, en otros relatos como Juan Cuello, Hormiga Negra y varios más.
Simultáneamente Moreira le había prestado de palabra, como se hace en el campo, diez mil pesos al almacenero Sardetti, pero cuando aquel le pidió la devolución del préstamo, el pulpero comenzó a eludirlo.
Luego del duelo, Juan Moreira huyó a Saladillo con su perro Cacique y su famoso caballo overo bayo que le regalara Adolfo Alsina, cuando aquel fue su guardaespalda.
El Cacique y su caballo overo bayo -regalo de su antiguo patrón, Adolfo Alsina-, son los únicos compañeros que tendrá Moreira en su raid, recuerdos ambos de las dos personas que más apreciaba en el mundo.
Terminada la elección, Leguizamón ya repuesto, busca nuevamente a Moreira para matarlo, generándose un nuevo duelo, en el que esta vez sí, muere el hombre fuerte del lugar.
Moreira se queda tres meses con los indios, para irse luego de una partida de baraja contra Coliqueo, que terminó en un breve duelo, la partida del gaucho y un nuevo enfrentamiento contra cinco indios, en el que mata a dos y hace huir a los restantes.
Vicenta, al ver que su esposo está vivo, le pide morir:
De vuelta en 25 Mayo se enfrenta a una partida dirigida por el sargento Santiago Navarro.
Rondando Lobos, Juan Moreira se entera de que el compadre Giménez y Vicenta pasarían cerca en una galera.
La intercepta, se reencuentra con su hijo y cuando va a matar al traidor, lo ataca una partida de soldados.
Enfurecido por eso con los soldados, los persigue a los que huyen, alcanzando al último y matándolo de un balazo en la cabeza.
Una noche en un velorio, el teniente alcalde del lugar lo provoca y aquel lo mata en duelo.
Valiente duelista, borracho, guitarrero y contador de cuentos, fue en su casa donde Moreira se escondió luego del enfrentamiento con Cortinas.
En cuanto llegó, poco antes del mediodía, el Cuerudo fue a avisar al juez de paz.
La novela ha sido llevada a la pantalla en cinco oportunidades: dos versiones en cine mudo, la última El último centauro (1923), en 1936, Juan Moreira, dirigida por Nelo Cosimi, en 1948 por Luis José Moglia Barth y en 1973 por Leonardo Favio.