Don Segundo Sombra

Pasó la mayor parte de su adolescencia en la estancia paterna, «La Porteña», en cuyo ámbito situará a sus personajes literarios.

En la ciudad de Buenos Aires inició dos carreras universitarias (arquitectura y derecho ) que no pudo concluir, .

Ricardo Güiraldes fue considerado un destacado emergente que surgió de un grupo de escritores que fue conocido como el Grupo Florida denominado así porque la revista en la que publicaban se ubicaba en las cercanías de dicha calle de Buenos Aires, y se reunían en la Confitería Richmond, que incluyó escritores cómo Victoria Ocampo, Leopoldo Marechal, Oliverio Girondo entre otros muy destacados escritores argentinos, en contraposición dialéctico literaria con el recordado Grupo Boedo, que publicaba en la Editorial Claridad y se reunía en el Café El Japonés, de raigambre mucho más humilde, con integrantes cómo Roberto Arlt, entre otros.

Tales períodos a que se refiere Fabio pueden distribuirse y sintetizarse en el siguiente esquema.

Momentos de la vida luchada en el campo bajo la vigilancia del que ha venido a ser su amado padrastro.

Guiándolo en el conocimiento de las tareas rurales, como resero, baquiano y domador.

Así vemos como se superponen en un ensamble conmovedor la formación de un hombre útil y de provecho y la conformación de una personalidad moralmente cabal.Y bien se ve que esta conjunción prodigiosa no ha de trastabillar cuando Fabio, ineluctablemente atado a los bienes que ha heredado, y ya habiendo resuelto ser un hombre cultivado, presiente con desgarro que no logrará retener a su vera a su maestro, que, como lo sabe bien el alumno, es «un espíritu anárquico y solitario».

«Me pareció haber visto un fantasma, una sombra, algo que pasa y es más una idea que un ser...» Esa admiración incondicional del primer encuentro se acentuará cuando la vida de Fabio comience a transitar junto a la del gaucho.

Ante la obra santificada por Lugones, el mismo Borges ha sostenido, siempre, una actitud de significación personal ambivalente.

La novela está escrita en un lenguaje llano y con frecuencia, especialmente en los diálogos, con regionalismos gauchescos de la llanura argentina.

Veamos: «En la pampa las impresiones son rápidas, espasmódicas, para luego borrarse en la amplitud del ambiente, sin dejar huella».

Hay hallazgos relevantes en ciertas comparaciones: «El sueño cayó sobre mí como una parva sobre un chingolo».

En su estilo están bien captadas todas las reticencias del paisano, en ironías, en bromas, en pícaras sugerencias, en comparaciones que animizan seres y cosas.

Conociendo a Hernández y sus limitaciones, no puede dejar de apreciarse -como lúcidamente descubriera Leopoldo Lugones- una obra genial en nuestro supremo poema gauchesco.

Estas grandes obras, las de Güiraldes, Sarmiento, Hernández, están tocadas por una especial musa inspiradora.

Hay creaciones donde la realización de la forma parece superior a su materia; otras demuestran un desajuste irreparable entre el propósito y el logro; Güiraldes logró la máxima aproximación entre su proyecto de novela y la novela misma».

Tan sólo un modesto pasaje de dos cuadras, en Villa Lugano, entre Zuviría y Santander, se llama Ricardo Güiraldes.

Al cabo del texto hay una pluralidad de ensayos críticos fundados en exhaustivas bibliografías.

Segundo Ramírez, paisano de San Antonio de Areco en quien se inspiró Güiraldes para escribir su famosa novela.
Tumba de Segundo Ramírez.